Para Ferrari, el arranque de la nueva temporada de Fórmula 1 es, definitivamente, desastroso. En Austria, en el Gran Premio de Estiria, con los dos F1000 integrados en el pelotón en la largada, el monegasco Charles Leclerc tocó a su compañero de equipo, al alemán Sebastian Vettel, y ambos, con los autos dañados, terminaron muy rápido afuera de la segunda competencia del año.

Leclerc había quedado 11° y lo penalizaron con tres lugares por obstaculizar en pista a Daniil Kvyat (AlphaTauri). Largó 14°, entonces en su afán por recuperar posiciones rápidamente fue agresivo y en la aproximación a la Curva 3, entró por donde no tenía demasiado espacio y tocó a Vettel, quien fue el primero en salir perjudicado: perdió su alerón trasero y abandonó.

Leclerc debió cambiar su alerón delantero y sufrió daños irreparables en el fondo plano del monoplaza. Se reincorporó último a la carrera, pero unas vueltas más tarde volvió al pit lane para retirar el coche. Así, los de Maranello se quedaron muy pronto sin representantes en Estiria.

El inicio de temporada para Ferrari es muy malo. En la primera carrera, con el Gran Premio de Austria, en el circuito The Red Bull Ring, en Spielberg, Leclerc salió segundo casi "milagrosamente", beneficiado por la gran cantidad de "safety car" y, además, por la penalización a Lewis Hamilton. Así, el hombre de Ferrari saltó del cuarto al segundo lugar. Vettel, asimismo, había quedado fuera de los 10 en la largada.

Todos estos obstáculos se producen en un contexto muy espinoso: Vettel se marchará de la escudería italiana a fin de año y Ferrari ya reconoció que el auto no podrá mejorar a corto plazo.