Hace exactamente siete días, Desamparados se comió de frente una de las legendarias "piñas" de para muchos el mejor noqueador de todos los tiempos: un tal Mike Tyson. Ganaba 1-0 de visitante a Estudiantes, en San Luis, contaba con ventaja numérica por la expulsión de un jugador local y se encaminaba a su primer triunfo de la campaña de visitante. Pero...siempre parece tener un pero este Sportivo. En la agonía, el Pincha no sólo se lo empató sino que se lo ganó con un zapatazo letal para el 2-1. El golpe fue tremendo, como cualquier cross a la mandíbula de Iron Mike en la década del "80 o "90. Uno de esos palos que dejan secuelas, que marcan el camino, en este caso, obviamente para mal. Es que el puyutano pasó de potenciar su ilusión de permanencia en el Federal A, a nuevamente estar a dos partidos de ese objetivo de Ricardo Dillon y compañía. Con un plus que lo paraliza cada vez más: ahora le quedan siete partidos para definir su destino.

Hoy, desde las 16.30 y en el Bicentenario, se la vuelve a jugar ante el temible líder de la Zona Sur, Olimpo. Un equipo el de Carlos Mayor que realmente es candidatazo a luchar por el único ascenso a la Primera Nacional en juego. El víbora está en otra historia, sumergido en la tabla de posiciones y sabiendo que el margen de error ya es casi nulo. Pero con un interrogante para este domingo igual de inmenso que el Bicentenario: ¿seguirá grogui del golpazo de una semanas atrás...?

Dillon, alguien con mucha espalda en el club y un experto en motivar a sus jugadores, trabajó mucho en la semana en ese aspecto. Habrá que ver hasta dónde el impacto ya se asimiló. De ser así, Sportivo tendrá una recta final a todo o nada sabiendo que corre bastante de atrás. Porque los equipos que tiene más cerca alternan buenas y malas, pero Desamparados da la impresión de no poder salir de ese laberinto que lo tiene atrapado casi desde el amanecer de la campaña. Una temporada donde el equipo sufrió, también, las falencias institucionales, con un club demasiado grande como para hoy no tener cancha propia ni saber qué será de su futuro inmediato a nivel institucional. Acaso, en esos aspectos se explique esta realidad tan angustiante.