Tras los allanamiento a su casa y su clínica privada, el doctor Leopoldo Luque rompió el silencio sobre la muerte de Diego Armando Maradona en San Andrés, donde el 10 estaba llevando a cabo una rehabilitación luego de haber sido dado de alta de un hematoma subdural. Hoy, el neurocirujano está imputado en una causa que se investiga por "homicidio culposo" y le secuestraron algunas de sus pertenencias, entre ellas las historias clínicas de Pelusa.

"Se llevaron la historia clínica con todos los registros de las atenciones que yo hice y de los profesionales que participaron. Lo que voy a hacer es estar a disposición. Sé lo que hice con y por Diego hasta el último momento y tengo todo para mostrar. Estoy absolutamente seguro que hice lo mejor por él", afirmó en conferencia de prensa.

Consultado sobre cómo se encuenta actualmente, informó que "no puedo ni leer las cosas que dicen porque estoy muy mal. Se murió mi amigo, una persona que acompañé hasta el último segundo. Estuve en el entierro y en el velorio. Yo vi mucha gente que no lo había visto nunca. Yo soy neurocirujano, Diego odiaba a los médicos, a los psicólogos y a todo el mundo en relación a la salud. Conmigo era diferencia porque era genuino. Yo no buscaba ni una foto, estaba todo el tiempo con él. Tenía muchas dolencias y problemas de antes de conocerme".