Alguien se atrevería a decir que el alma no llora ante momentos de extrema tristeza. Que no crujen las entrañas cuando algo desagradable ocurre. Que la sensación de querer detener hasta la propia respiración se hace imperiosa. Seguramente eso vivieron muchos protagonistas (jugadores, hinchas y dirigentes) ayer en el Hilario Sánchez a las 17.28 cuando el tercer descenso de Primera de San Martín en los últimos once años era una realidad. Una triste, pero esperable realidad. El 2-1 sobre Talleres fue la nada misma por el 2-1 de Patronato contra Argentinos. No hubo "un pleno" como el pueblo verdinegro soñó hasta último momento. El fútbol, tan increíble y fabuloso como es, le dijo a San Martín que se iba a la B Nacional por un gol, ese que no pudo convertir el Bichito de La Paternal en Paraná para "regalarle" un triple desempate junto al Patrón y Tigre. Nada de eso: post Copa América en Brasil, el equipo de Concepción jugará en la segunda categoría del país con otros gigantes como su homónimo tucumano, Belgrano, Tigre, Nueva Chicago, Chacarita, Rafaela, Olimpo, Morón, Instituto, Gimnasia de Jujuy y Quilmes, entre otros.


La impresión de ciclo cumplido es inevitable. Si se toma el lapso desde aquella media chilena de Luis Tonelotto ante Huracán en el "viejo estadio" de San Martín en junio del 2007 pasaron doce años. De esa llegada épica a Primera por el 3-1 a Huracán hasta ayer, cuando la tristeza invadió a todo San Martín como ocurrió un año después de la gesta histórica del equipo de Teté Quiroz. Hubo que esperar para el ansiado regreso hasta el 2011 cuando de la mano de Daniel Garnero, y con Emmanuel Mas de valuarte, el equipo subió a Primera dejando en el camino en la Promoción a Gimnasia. Se tocó el cielo con las manos en el Bosque platense, ante el equipo de Guillermo Barros Schelotto que ese día colgó los botines para siempre. Dos temporadas más tarde, y tras esquivar una Promoción ante Rosario Central en el 2012, nuevamente un "volver a empezar" con el descenso en el Monumental ante River, con Rubén Forestello en el banco. La vuelta del Yagui trajo en el 2014 el ansiado regreso a la elite nacional, en aquel torneo donde Julio Grondona pergeñó los tan recordados y polémicos diez ascensos. Para apagar el incendio esta vez se lo convocó al Yagui en septiembre pasado y el final resultó idéntico al de Núñez con la pérdida de la categoría.


El club vivió de todo en estos años desde que "Tonegol" lo puso en Primera. Se potenció desde su infraestructura con las inferiores de AFA, un paso crucial para crecer de verdad, apuntando a formar jugadores de las canteras y así tener un patrimonio aún más importante. El predio "Emmanuel Mas", en Chimbas, tuvo su nacimiento en otro punto a destacar. Del otro lado aparece la falta de capacidad dirigencial para elegir técnicos y refuerzos, muchas veces promoviendo futbolistas de afuera en desmedro de aquellos que realizaron inferiores en el club, y sobre todo sienten la camiseta de una manera muy especial. Por eso, en momentos duros como los actuales, hace falta autocrítica y replanteos profundos, no con palabras de ocasión como ya ocurrió anteriormente. En teoría, San Martín tendrá elecciones durante este semestre y será el socio, con su voto, el que defina buena parte del futuro de la institución. Si elige seguir por este camino con la dirigencia que le brindó tres ascensos, pero también que encabezó tres descensos a la B Nacional. Hoy si aparece una alternativa real y capacitada, que esté a la altura de un club emblema del deporte sanjuanino y como su historia de 111 años amerita.


Hoy, todo eso parece "lejano", aunque no lo es tanto. En el fútbol, como en la vida, todo pasa muy rápido. Y como en lo cotidiano siempre a la vuelta de la esquina hay un nuevo desafío. San Martín ya vivió momentos traumáticos y siempre, más tarde o temprano, se repuso. Deberá una vez más demostrar que es capaz. Por ahora, la tristeza lógica es la que tiene total protagonismo. Es el tiempo de hacer el duelo de sentir aquello que se buscó evitar por todos los medios: el dolor de ya no ser...

 

 DATOS

 

  • Inédito

De los tres descensos de San Martín, el de ayer es el primero que se consuma en su estadio. Los hinchas lo vivieron con dolor, pero sin ningún incidente.

  • Artillero

El goleador en esta Superliga del Verdinegro fue el delantero Pablo Palacios Alvarenga con 5 alaridos. Seguido por Martín Bravo y Marcos Gelabert, ambos con 4.