Parte del bajón futbolístico de San Martín en los últimos partidos está asociado a la falta de un clásico enganche como es el caso de Mariano Messera. El ex Gimnasia es quien tiene las cualidades ideales de generador de juego y uno de los pocos que van quedando en nuestro fútbol. Para el técnico del verdinegro, Darío Franco, contar con un diez típico es algo fundamental y de hecho ante la ausencia de alguien con esas características al inicio de la temporada debió mutar su sistema y colocar dos futbolistas para elaborar juego. Una tendencia que toma cada vez más forma en los equipos e incluso en selecciones que disputaron el reciente Mundial como el caso de Holanda con Robben y Snejider. Un debate que abarca posturas para todo los gustos.
En los equipos más grandes del país se ve claramente como sus técnicos necesitan de un diez. Claudio Borghi en Boca debió probar a tres jugadores como Cristian Chávez, Marcelo Cañete y Damián Escudero para suplir la ausencia de Román Riquelme y ninguno llegó a convencerlo por completo. En un River apremiado por el bajo promedio del descenso, Angel Cappa buscó en Ariel Ortega su conductor ideal, pero al Burro el físico parece jugarle en contra en un fútbol cada día más dinámico. Diego Buonanotte, y los pibes Manuel Lanzini y Erik Lamela fueron otros de los postulados para esa idea, todavía sin éxito final. En el gran Estudiantes, Juan Sebastián Verón maneja los hilos del equipo pero no es el Bochini de aquel Independiente de la década del "80. Arsenal y su sorprendente andar, que lo tiene segundo en el Apertura de AFA, cuenta con Luciano Leguizamón como el generador de juego, un delantero que se retrasó unos metros para cumplir esa función dentro del 4-4-2 que predica Gustavo Alfaro.
"En San Martín tengo dos jugadores con las características de enganche que son Messera y Martelotto, pero lamentablemente a ninguno de los dos, por diversos motivos, pude contarlos desde el inicio de un partido", aseveró Franco con su habitual sinceridad y agregó "el enganche en mi idea de juego es trascendental debido a que me gusta que mis equipos tengan un juego asociado".
Su colega Darío Tempesta, entrenador de Desamparados, indicó que "la táctica se debe adaptar a los jugadores con que uno cuenta. Un ejemplo es que siempre utilicé en mis anteriores equipos enganches como es el caso de Pablo Corti en Aldosivi. Cuando llegué acá esta temporada quise traer a Sebastián Coria, pero era demasiado caro. El único jugador con esas características en el plantel es Miguel Guirado, pero resulta que la temporada pasada casi ni jugó. Entonces conversamos con los dirigentes de contratar jugadores que puedan generar juego y también marcar". Un clásico enganche en la formación habitual del víbora es Matías Garrido, quien condujo a Peñarol a varios títulos domésticos hace unos años, pero al que el paso del tiempo y sus técnicos lo fueron cambiando a pararse de doble cinco o carrilero.
Un diez característico en nuestro fútbol es Alfredo Molina, aunque en Del Bono no juega de enganche sino de delantero por los costados. "Tiene todo lo que debe tener un enganche, pero no puedo hacerlo cumplir esa función porque las canchas donde jugamos están malas y la pelota es imposible de dominar. Al Luto sí le permito que se dedique sólo a generar juego donde lo coloco en la cancha", resumió Alberto "Betito" Naveda, el DT del Bodeguero en el Argentino B.
"El enganche en mis equipos es clave por un tema que se encarga del juego ofensivo. Si no lo tengo, toda la estructura de ataque se ve resentida. En el caso de Trinidad tenemos a Marcelo Guajardo, pero todavía es juvenil para darle semejante función", explicó Enrique Villegas, dejando en claro que además de buena técnica, en su visión un enganche debe contar con experiencia. "El enganche va desapareciendo porque se prioriza lo físico sobre lo técnico. En Unión apostamos a jugadores como Silvio Molina, Ernesto Fullana o Matías Guerra en su momento para esa función, aunque muchas veces también debo pedirles que den una mano con la marca, aunque soy conciente que no es lo mejor que hacen", asumió el técnico de Unión, Víctor Hugo Cabello.
Por último, el coach del campeón del Oficial local en Alianza, Marcelo Vázquez, mezcló las dos posturas: "El enganche es una posición importante para la creación de un equipo. A mi me gusta para esa función Mauro Burgo, aunque también sé que de acuerdo a los partidos por ahí debo prescindir de esa idea. Por ahí lo ideal es no siempre jugar igual y también ser concientes de la capacidad y debilidades del rival", subrayó el entrenador lechuzo.

