Hay un hecho vital que demuestra que la Argentina fue el canto al equilibrio. Terminó con los mismos jugadores en cancha con los que había empezado. Y así fue el desempeño del equipo Albiceleste en el debut del Campeonato Mundial de hockey sobre patines Angola 2013. Siempre al mismo ritmo. Casi con la misma intensidad. Sin apretar el acelerador al máximo ni tampoco detenerse. Entonces esa constante en todo resultó demasiado para Francia. Por eso el 3-1 a favor del equipo de Darío Giuliani. Un triunfo genuino. Merecido. Y esperanzador también. Porque la inyección de arrancar ganando fortalece a cualquiera.

El partido de presentación para la Argentina empezó a simplificarse con un gol tempranero. Es que Mario Rodríguez llegó para empujar un centro que Matías Pascual había hecho desde la derecha. Todavía el reloj no había llegado a los 2 minutos y la Argentina ya ganaba. A los de Giuliani les quitó presión. A los franceses los sorprendió. Pero fue el cachetazo típico del ‘madrugador‘. De ese que mete la ‘piña‘ cuando todavía se miran para discutir.

No hubo cambio de planes para ninguno. Argentina trató de tomar la posesión de la bocha y Francia, lejos de meterse en el fondo, dejó en evidencia que su secreto estaba en jugarle de igual a igual al Albiceleste. Con el paso de los minutos llegaron las mejores chances para los argentinos. Nicolía metió un tiro en el palo. Pascual no quiso ser menos y lo imitó. Enfrente, Francia desperdició un penal. Ambos cambiaron ‘figuritas‘. En Argentina, Platero reemplazó a Nicolía. En Francia ingresó el ‘Bebo‘ Morales y volvió después de haber sido sustituido el otro sanjuanino: Cirilo García. Y en ese lapso de variantes se fortaleció algo más el equipo Galo, por eso tuvo un par de oportunidades para empatar pero se encontró con una muy buena noche de Mario Rodríguez y de Valentín Grimalt.

Así se fue el primer tiempo. Con Argentina ganando 1-0 pero en un partido parejo que parecía no dar respiros.

El complemento arrancó con la misma tónica. Con un despliegue admirable de los franceses que neutralizaron al equipo argentino y con un ida y vuelta permanente.

Hasta que a los 5’ Nicolía se avivó y aprovechó un rebote para llevar el tablero a 2-0. Eso hizo que se hiciera dueño de todo, porque los Galos quedaron golpeados.

El DT Giuliani empezó a rotar jugadores y eso les dio aire a todos. El equilibrio siguió siendo la constante. Y al gran trabajo de Grimalt y Rodríguez se le agregó otra actuación destacada: la de Matías Pascual.

Sobre los 15’ llegó el sorpresivo gol de Francia. Fue a la salida de un libre directo y después que Grimalt lo atajara, Roux tuvo la fortuna de encontrar al arquero mendocino en contramano para derrotarlo.

Quedaban 5’ y era lógico que se les complicara a los argentinos, pero nunca pasó esto porque ellos siguieron jugando a la misma velocidad de siempre. Inclusive aumentando el tablero, porque Carlos López falló un libre directo pero a la jugada siguiente sentenció el partido.

Fue 3-1, merecido por cierto. No dejó dudas y sirvió para arrancar de la mejor manera. Eso sí, teniendo al equilibrio como bandera.