Nadie desconoce la categoría de gran jugador de Carlos Nicolía. Fue y es un tremendo jugador. Pero este parece ser su Mundial. Amagó hace dos años. En Angola. Hizo el gol de oro en las semis ante Portugal y tuvo una grandísima final ante los españoles. Pero no se le dio. ¿Será que el destino le reservó un lugar histórico en este Mundial?
El jugador se lo merece. Lucha en la vida. La enfrenta con entereza, a pesar de haber tenido que aguantar golpes tan duros que tirarían al suelo a cualquiera. El va al frente. Así como en la vida, también lo hace en el hockey.
Y en este equipo se ha convertido en algo así como el símbolo. No sólo por su gran nivel de juego. Ni siquiera por sus goles. Sino porque es una figura admirada hasta por sus propios compañeros.
Ayer de su mente y de su stick nacieron varios goles. Hoy tiene la chance de afirmar esa tremenda actuación. A no dudar que él lo buscará.

