La pasión que despierta el fútbol es inexplicable. Capaz de derribar barreras étnicas y sociales. Y hasta capaz de ir de la mano con la religión. Los dos santuarios de la fe más importantes de San Juan, la Difunta Correa y San Expedito, estarán ligados al fútbol dentro de poco tiempo. ¿Como es esta historia? Los dos poblados donde se ubican éstos parajes, Vallecito y Bermejo, respectivamente, tienen sus equipos futboleros y el sueño de ser oficiales está a punto de concretarse.
El Club Atlético Difunta Correa y el Club Sportivo y Social Bermejo, de ellos se trata, dejarán de ser sólo una promesa y pasarán a ser dos entidades futboleras más en San Juan. El sueño de los habitantes de sus poblados se cumplirá cuando desde AFA llegue la aprobación de Personería Jurídica, requisito fundamental para darle forma al tema.
Hace años que los lugareños quieren integrar la Liga Caucetera. Se basan en la fe que tienen sobre "sus santos" tal cual ellos le llaman.
En Vallecito, apenas se ingresa al pueblo, se nota en la cara de los lugareños las ganas que le ponen para hacer de este sueño una realidad. La tierra desértica del lugar hace inimaginable que en esos lugares se pueda practicar el fútbol. No hay césped como es normal en las canchas. Sólo piedras y muchas espinas arrastradas por el viento. En realidad, es una cancha improvisada entre las pampas y los valles. Pero ni eso detiene la pasión.
"Acá entrenamos con 40 grados al sol y nos lastimamos las piernas cuando nos caemos, pero eso no importa…", admite Pamela Mercado, una de las chicas que practica este deporte en la Difunta Correa.
Esa cancha, casi un potrero, es un terreno que mide aproximadamente una hectárea. Se ubica en la entrada del paraje de la Difunta Correa, a unos 400 metros antes del Santuario y pegada al cementerio. Según el presidente de la Liga Caucetera de Fútbol, Nacif Farías, "es complicado el lugar porque el terreno es chico por si en un futuro se tienen que realizar obras", claro que eso no interesa a los lugareños que se reúnen a jugar en sus ratos libres. La mayoría trabaja en los puestos de la Difunta o haciendo changas, pero le ponen todo el empeño para lograr tener su club.
En Bermejo la historia es similar. En el paraje ubicado a unos 45 kilómetros de la Difunta, lo que predomina es la fe. La imagen de San Expedito es el principal impulsor para la fundación del club. Las caras de los pequeños, partidas por el sol y la tierra, demuestran cómo se vive en el lugar, pero en sus ojos se nota la esperanza que tienen porque "su club" sea un club de verdad. La cancha del Club Sportivo y Social Bermejo, está ubicada sobre la ruta, a 200 metros del control policial, pasando el campamento de Vialidad Nacional. El terreno es fiscal y mide unas 3 hectáreas. Es más amplio que el de la Difunta. El lugar es utilizado para la práctica del deporte hace más de 13 años, y recién ahora su presidente Jorge Malla decidió que sea ahí y no en el lugar donde se realizaba antes, que es un terreno perteneciente al ferrocarril a escasos metros del santuario de San Expedito, y donde los niños peligran la vez que pasa el tren por el lugar.
La tierra en este lugar es más fina, lo que hace que no duelan tanto las lesiones en las caídas. Malla se ilusiona con que el pasto crezca algún día. Es que la tierra de pampa es virgen y el agua llega hasta 200 metros del lugar. "La idea es hacer una pileta para tener agua y que algún día el pasto nos acompañe", cuenta entusiasmado.
La fe está, las ganas también. Sólo esperan que Personería Jurídica llegue desde el ente madre del fútbol argentino. Ahí sí ya empezaran a actuar como entidades propias. En ese momento el fútbol dejará de ser una promesa.