Pasó este 2012 y esa ansiedad porque ese récord de Müller quedara sepultado por los goles de Lio Messi dio paso a la euforia y a la contundente realidad de saber que en el fútbol del mundo, todo se hace según Messi. El rosarino adquirió su verdadera estatura futbolística y humana, con la llegada de Thiago como plus para confirmarlo. Es que llegó a esos 91 goles en una sola temporada, marcando un nuevo récord para los anales del deporte más popular del planeta pero además se erigió como el dueño del seleccionado argentino. Algo que todos le pedían, que le exigían. En las Eliminatorias rumbo a Brasil 2014, Messi fue genio, figura y artífice de una serie demoledora del equipo de Sabella, que sirvió para terminar este 2012 al frente de la Zona Sudamericana y muy cerca de llegar a la clasificación en las próximas dos fechas de estas eliminatorias. Messi brilló en Córdoba ante Paraguay, deslumbró en Mendoza frente a Uruguay y soltó toda su magia en Santiago para darle un golpe tremendo a Chile. Ese es el Messi que todos querían ver. A full.

Pero en la serie de amistosos que Argentina disputó por el mundo, Messi también dejó su sello. En Estados Unidos, ante Brasil en el gran superclásico, Lio metió un gol -el tercero de Argentina- para colgarlo en un cuadro. Ya tenía otra estatura y lo demostraba nada menos que contra Brasil, el eterno rival.

Ni detenerse con lo que Messi hizo en el Barcelona. Además de ser el capitán, el goleador y el estandarte del conjunto catalán, Lio edificó una imagen de líder absoluto dentro y fuera de la cancha. Primero con Guardiola y después con la llegada de Tito Vilanova. Messi siempre respondió con la enorme categoría de los que saben que ese es su lugar en el mundo del fútbol en este caso.

En la Selección, Messi adquirió la estatura de líder que tanto reclamaron todos para mostrar el camino a otra ilusión. Lo potenció el esquema de Sabella que trató de interpretar el modelo del Barcelona en el que Lio es Messi. Eso le ayudó, pero además La Pulga dio el salto de madurez como líder del grupo afuera de la cancha. Capitán, referente. Un vuelco enorme que lo depositará con la edad justa en Brasil 2014.

En España, Lio Messi no se encerró en el duelo mediático que propusieron con Cristiano Ronaldo. No habló nada, sólo jugó. Y, claro terminó ganando todo. Protagonizó duelos estelares contra el Real Madrid sin chillar, pese al fogoneo de Mourinho y sus muchachos. Ahí, Lio demostró madurez y temple para bancar todo. Incluso, el cambio de entrenador tras el exitoso ciclo de Pep Guardiola.

Donde sea, con la camiseta que sea, éste es otro Messi. Más completo, más maduro, más convencido de que todo lo que quiere lo puede lograr con su calidad impresionante. Esa tal vez sea la gran diferencia de esta versión 2012 de Messi: madurez.

Messi es el fútbol. Ganador del duelo periodístico y futbolero que protagoniza contra Cristiano Ronaldo, el capitán de la Selección argentina, demostró que hoy por hoy todo en el planeta fútbol se escribe con sus iniciales.