San Juan, 22 de noviembre.- Jugar en un equipo de Primera en el fútbol extranjero y hasta poder disputar un torneo internacional, como una Copa Libertadores, fue sólo un sueño para Edgardo Díaz, el sanjuanino de 23 años que la rompió con Trinidad en el Argentino B la temporada pasada. Es que el volante estuvo dos meses en el Blooming de Bolivia y tuvo que irse porque no le pagaban. Por eso ahora le inició al club boliviano una demanda mediante FIFA para poder cobrar su sueldo.

El sueño de Edgardo comenzó hace algunos meses, sin embargo todo se dio muy rápido. Es que desde las inferiores de San Martín, donde se rozó con técnicos como Oscar Craviotto, Enrique Hrabina y Fernando Quiroz, pasó a Trinidad para disputar el Torneo Argentino B. En el León estuvo menos de una temporada y la rompió, marcando muchos goles y siendo una de las figuras del equipo.

Luego cruzó la Cordillera y llegó a Unión Temuco, un club de la segunda división chilena cuyo propietario es Marcelo Salas. Allí jugó de titular durante casi toda la campaña y se ganó el respeto de todos sus compañeros, además de conocer y compartir cosas con el ex goleador de River. ‘Marcelo es excelente, siempre nos apoyó en todo. Antes de cada partido venía al vestuario y nos hablaba. Sinceramente es un fenómeno‘, expresó el sanjuanino.

Hasta que un día recibió un llamado de un viejo conocido como Teté Quiroz, quien había asumido en Blooming de Bolivia y quería contar con Edgardo en su plantel. Lo económico y también la posibilidad de llegar a disputar un torneo continental tentaron al volante y decidió hacer las valijas y partir rumbo a Santa Cruz de la Sierra para instalarse en la Academia.

‘Cuando llegué a Santa Cruz me enamoré de esa ciudad. Es hermosa. Además las comodidades que tiene el club son incomparables. Era un sueño para mí estar en esa institución‘, relató el ex Trinidad, quien se sumó a plantel de inmediato. ‘Hice la pretemporada y jugué dos partidos ante Oriente Petrolero, que es como un River-Boca de verano‘, contó.

Pero las ganas de Edgardo de quedarse en el club no estaban en sintonía con la dirigencia de Blooming y se vio obligado a dejar el club. Llevaba dos meses y medio allí y estaba a préstamo por un año, pero igual tuvo que comenzar los trámites para que la institución lo libere y lo autorice a regresar a su país. ¿El motivo? La Academia cruceña no le pagó los sueldos correspondientes y decidió volver a su provincia una vez que fue autorizado (antes no podía hacerlo por su cuenta porque la institución puede titular el caso como ‘abandono de trabajo‘) e iniciarle con su abogado y mediante FIFA, acciones legales al club para poder cobrar lo que le correspondía.

‘Nunca pensé que me iba a pasar eso. Tenía la ilusión de jugar en un club grande y disputar una copa, pero no se pudo dar porque no me pagaban y decidí demandar al club‘, contó Edgardo, quien agregó que ‘ahora el club boliviano tiene un plazo para pagarme el dinero pactado por los 12 meses que estaba establecido en el contrato‘, dijo el ex Trinidad.

Díaz no sólo la pasó mal por no cobrar en Bolivia, sino que su regreso le provocó estar fuera de las canchas por unos cuatro meses. Sin embargo entrenó por su cuenta y ya está listo para volver en enero a Unión Temuco para realizar la pretemporada. ‘Gracias a Dios puedo volver a Chile y tomarme revancha, a un club que me dio todo y me trató muy bien. Con ellos tengo contrato hasta fines de 2012‘, finalizó.