"Quiero contar una infidencia: cuando terminó la final en Barcelona, hablé con él, igual que otros compañeros, y nos dijo que ya estaba. Que había sido su última chance, que no creía que lo fuera a intentar de nuevo. Por suerte, luego cambió de opinión y hoy (por ayer) tuvo su merecido premio". En pleno festejo, Lucas Ordóñez reveló una anécdota más que especial junto a su amigo y compañero, Pablo Álvarez. Es que el actual jugador del Benfica, de Portugal, pensó con bastante certeza la idea de retirarse de la Selección. Los golpes en varias finales mundialistas disputadas y ninguna ganada, incluyendo la de hace tres años en Barcelona contra Portugal, acaso de las que disputó la más increíble, lo hicieron analizar colgar la camiseta de la Selección sin el sueño mayor cumplido. Pero como dijo Ordóñez, Álvarez decidió buscar una vez más ese objetivo tan esquivo. Y anoche, en el Aldo Cantoni repleto de sanjuaninos, no sólo que alcanzó la gloria eterna con su primera corona mundial en mayores, sino que resultó la figura en el 4-2 ante los lusitanos.


Álvarez es parte de una generación nacional que llegó a distintas finales y se topó con el poderío español sobre todo. Y en el Mundial del 2015, en Francia, justamente el goleador no estuvo presente por decisión personal. Entonces, la chance de buscar la gloria en casa y ante su gente no la dejó pasar.


En la gran final, resultó clave con su aparición cuando el partido más lo ameritaba: puso el 1-2 para la albiceleste cuando se terminaba el primer tiempo y la película parecía otra vez con aroma a pesadilla. Ya en la segunda parte, y tras Carlos Nicolía marcar la igualdad de libre, nuevamente entró en acción con un tanto vital, el de la ventaja. Con un remate que se le escurrió por debajo del cuerpo al arquero, Ángelo Girao, puso arriba a la albiceleste para nunca más mirar hacia atrás en el marcador.

El final del partido desató la alegría tan esperada. Por eso el abrazo visceral con su hijo en plena cancha. Conmovido como no se lo suele observar al número 7. "Es una enorme alegría. Una felicidad muy importante tengo por haber alcanzado con este grupo tan lindo el título mundial. Ahora hay que celebrarlo", destacó Álvarez, quien fue campeón mundial juvenil con la selección Sub-20 en Malargüe hace 17 años.

EL PODIO DEL CAMPEÓN


Ezequiel Mena



Tuvo su debut mundialista y resultó el jugador más destacado por su regularidad en los seis partidos. Clave en la semis y la final. Hizo el último tanto ante Portugal.


Conti Acevedo

La ratificación de su gran presente. Alternó con Valentín Grimalt, pero los últimos dos juegos los disputó él, teniendo un rendimiento superlativo para el título.



Gonzalo Romero


Su potencia en el disparo destrabó la semifinal ante Italia. En la definición contra Portugal, contribuyó con la marca y la habitual entrega en todo momento.