En los últimos años “ha mejorado, evidentemente. Ganó el Abierto de Estados Unidos, la medalla de oro (en Londres 2012) y ahora Wimbledon. Eso lo dice todo. Creo que no hubo muchos cambios en su físico o en su táctica, sino que fue sobre todo mental. Le di mis felicitaciones, se lo merece”, apuntó Djokovic tras la final perdida.

El serbio, por su parte, trataba de conquistar ayer su sexto Grand Slam, el segundo de la temporada tras ganar Australia en enero. “Siempre es duro perder en la final, pero el deporte es así. Estoy decepcionado porque acabo de salir de la pista, pero mañana estaré bien”, afirmó el número uno del mundo (la victoria de Murray no compromete su primera posición en el ránking de la ATP).

Djokovic que ayer cometió 40 errores no forzados, reconoció que no fue su mejor partido: “En algunos momentos no tuve la paciencia suficiente”, dijo. “Sabía que tenía que estar al máximo nivel para competir hoy. Él llegaba con una motivación enorme para ganar su primer título acá, pero yo también estaba motivado”, explicó el serbio.