Ya sin el ruido ensordecedor del ritmo de carrera, con los motores sin pasarse de vuelta e ingresando en las primeras velocidades. Así, uno a uno los autos y camiones ingresaron al Vivac instalado en el autódromo El Zonda (motos y cuatri lo hicieron en Barreal). La zona elegida para el descansar de las máquinas y sus pilotos. Con muchas comodidades y respirando un clima que deja de lado la competencia para ser más ameno los lazos de fraternidad entre pilotos.
El amplio comedor pinta una carpa de enormes dimensiones de diferentes colores, los que representan a cada equipo. Igual que se entremezclan en el Centro de Información donde los que no son pilotos buscan en las pantallas táctiles por dónde vienen los autos para preparar la espera.
La sala de prensa, donde las computadoras y cámaras de foto abundan, mientras los que cuentan como es el Dakar trabajan cuando los principales protagonistas ya descansan o hacen sus últimos kilómetros. Más alejados, cerca de 50 baños químicos prolijamente ordenados.
Y recorriendo el predio, el stand de la Presidencia de la Nación conjuntamente con el de Turismo de San Juan, es el elegido por la mayoría, con livings, ventiladores que además de aire tiran periódicamente una llovizna de agua, como así también un servicio de catering, uva y bebidas refrescantes para agobiar el calor.
Metros más adelantes, y cruzando el trazado de la pista del autódromo, un simulador de manejo auspiciado por una bebida energizante. Mientras que el más grande en infraestructura es el de la empresa Karcher con sus 8 hidrolavadoras distribuidas en 5 boxes para que gratuitamente tanto autos de competencia como auxilios laven sus máquinas. “Cerca de 600 autos por día se lavan con los 20.000 litros de agua que utilizamos y que automáticamente reciclamos”, contó Juan Cruz Dato, el gerente de la marca, junto a Eduardo Ligoule, encargado en San Juan.