La jornada estuvo signada por la atracción que generaba la etapa de la tirolesa que se desarrolló en el puente del paredón del dique de Pedernal.
Por allí debían pasar los equipos de la categoría elite, aunque no necesariamente todos los integrantes, sino un representante del grupo. Ese fue el escenario que convocó más gente en la carrera aunque no parezca.
Es que la gente en el paredón del Dique de Pedernal estaba de paso y no se quedaba, ya que la gente que iba desde la ciudad u otro punto de la provincia esperaba en paso de los competidores por los que alentaban y seguían el curso hacia la Unión Vecinal de Pedernal, el lugar de la llegada. Pero los que si se quedaban en el lugar eran los lugareños, ya que para ellos era algo novedoso en ese lugar, aunque en otros puntos de Pedernal, para el lado del los cerros ya habían visto ese tipo de deporte.
Algunos llegaban y se sentaban a la orilla del puente, con los pies colgando mientras miraban como los atletas se tiraban soga mediante. Otros se apoyaban en la baranda que tiene el paredón y con algún refresco en mano miraban, sin el apuro de la preparación del almuerzo, como era la preparación y la colocación del arnés para proceder al descenso.
Algo poco común, pero quedó demostrado que es convocante sin lugar a dudas.

