San Lorenzo ganó el clásico mediante el penal que Julio Buffarini cambió por gol, a los 16’ del complemento. Claro que el volante del Ciclón lo convirtió en la segunda ejecución de la pena máxima, debido a que en la primera que realizó el arquero de River, Marcelo Barovero, se lo contuvo al ex Talleres. El árbitro, Darío Herrera, a instancias del juez asistente número uno, Julio Fernández, sancionó que se debía reiterar la ejecución por el adelantamiento de Barovero, quien dio un paso adelante y contuvo el balón.
Fue un adelantamiento pequeño, pero que se dio y por eso el árbitro decidió lo correcto. También acertadamente amonestó al arquero del Millonario. Herrera se equivocó en el cierre del partido cuando no cobró penal para River por un agarrón a Jonathan Maidana de parte del defensor local, Walter Kannemann. Una noche polémica en el Bajo Flores y que tuvo a River en medio de la escena.