El seleccionado argentino de fútbol, sin siquiera necesitó al ausente Lionel Messi, le ganó ayer a una pálida Italia por 2-1 en un partido amistoso en honor del papa Francisco en el estadio Olímpico de Roma. Ni el envión de los últimos quince minutos que Italia tuvo a partir del golazo del descuento de Lorenzo Insigne alcanzó para sacarle brillo a lo hecho en los otros tres cuartos de partido.
Gonzalo Higuaín, la figura del partido, fue el autor del primer gol y asistente de lujo para el segundo, convertido por Ever Banega, tres minutos después de su ingreso. Fue, como pidió el Papa en la audiencia de la víspera con los dos seleccionado, un partido bien ‘amichevole‘: no hubo juego rudo, y también cambios que desvirtuaron el partido. Sorprendió el escaso pressing de Italia pese a la cantidad de hombres en la zona media. El primer dato de esa falencia italiana fue un pase de Campagnaro paralelo al lateral derecho para Palacio que pareció sorprenderse por la comodidad e incomprensiblemente se movió mal para la definición. Pero rápido, Higuaín abrió el marcador. Otra vez Italia dejó ese espacio, Daniele De Rossi se equivocó y Erik Lamela le dio un gran pase corto y cruzado al Pipita que se acomodó y fusiló a Buffon. Fue de lo poco que hizo Lamela, pese a haber jugado suelto y la calidad pasó por los chispazos de Angel Di María y la efectividad de Higuaín. Italia se reiteró con desbordes por izquierda con el lateral Maggio o por Candreva, que complicaron a Basanta a cargo de ese andarivel.
En el segundo Prandelli metió una catarata de cambios y Alejandro Sabella uno solo de entrada: Banega por Lamela y a los tres minutos el ex Boca coronó otro avance lucido de Argentina, con Higuaín ahora como estratega, mediante un remate que estiró la ventaja.Tardó Italia en hacer algo, pero entre los ingresados Insigne y luego Alessandro Diamanti se fueron acercando al arco argentino. Diamanti tuvo la más clara a los 22 con un tiro libre de zurda que estrelló la pelota en el travesaño y en la vuelta Aquilani convirtió en posición adelantada. A los 30 llegó el golazo de Insigne. Diamanti recibió un rebote y de espaldas se la dio a Insigne fuera del área que, con comba la metió en el ángulo superior izquierdo de Andújar: un gol bellísimo desde donde se lo mire.
El gol entusiasmó a los italianos, quienes se fueron al ataque y ofrecieron espacios para que Argentina lo pueda definir de ‘contra‘.
Llegó el final, con emociones de ambas partes y un gran triunfo argentino, que observa con optimismo el futuro y se siente candidato a ser campeón del mundo en Brasil 2014.