En este impresionante arranque en la B Nacional, lo que importa es ganar. No cómo, ni con qué. Los métodos quedarán para pulir más adelante porque en esta versión de San Martín puntero, el poder de las convicciones disimula defectos y deja clarito que el sello de Hrabina está firme. No importa por ahora el cómo, lo que sirve es ganar.
1 Confundido
En los primeros 45′, San Martín nunca le encontró la vuelta al sencillo planteo de Aldosivi. Conspiró contra sus propias apetencias ubicando a Lucas Sparapani muy abierto por la derecha, demasiado estático. Ahí, perdió la frescura como para entrarle al cerrado formato defensivo del Tiburón marplatense. Para colmo, con Pereyra recostado a la izquierda, no pudo generar por ese sector y le facilitó al sistema defensivo de Aldosivi. Llegó poco San Martín en el primer tiempo y lo hizo con un par de centros. Sin movilidad en su generador -Sparapani-, los dos puntas se tuvieron que matar corriendo para ser abastecidos. Para colmo, en defensa, este San Martín no fue el mismo de otros juegos. Dudó en cosas fáciles y se le terminó complicando con un centro inofensivo que los sorprendió a todos mal parados. Las imprecisiones en la salida fueron otro punto para atender porque Ignacio González y Raúl Damiani desperdiciaron muchas salidas simples.
2 Convencido
En el complemento, además del reajuste táctico de liberar a Sparapani y de reubicar a Pereyra por la derecha, San Martín entró con la bandera de la convicción para dar vuelta la historia. Empezó ganando definitivamente la pelota y a manejarla mejor. Antes de los 10′ ya empató y de ahí, lo que se vino fue todo verdinegro a pesar de que los errores en defensa siguieron y que el arquero sostuvo la reacción tapando un cabezazo mortal de Martínez. Pero Sparapani ya era enganche, Torresi había crecido y el ataque sanjuanino tenía peso. Faltó atacar más por el flanco izquierdo, que era donde Aldosivi daba más ventajas. Pero el resto, la forma, los métodos y el instrumento estuvieron atados a la convicción de un equipo que sabía que tenía que ganar. Con esa actitud y la capacidad para cambiar libreto sobre la marcha, el camino de este San Martín está clarito aunque contra Aldosivi le costó más de 45 minutos descifrarlo.

