Buenos Aires, 13 de abril.- "Quiero agradecerle a toda la gente, principalmente a los Borrachos del Tablón porque fueron ellos los que motivaron a todos". Con estas desafortunadas palabras sorprendió Ramón Díaz apenas consumado el triunfo ante Atlético Rafaela (las cuales terminaron tomando mucha más relevancia que la victoria en sí y hasta opacaron el hecho de que River se mantenía a uno de la cima como único escolta). Es que el fútbol argentino atraviesa una etapa por demás sensible, como consecuencia de las incontrolables barras que, por enfrentamientos internos o contra terceros, ya se han ‘cargado’ a 286 víctimas y ha provocado que se prohíba la asistencia del público visitante en los estadios.
Pero este ‘guiño’ del riojano a los repudiables violentos parece tener antiguos antecedentes. Esto se debe a que prácticamente gran parte del tercer ciclo del ‘Pelado’ en la entidad de Núñez estuvo ligeramente ligado a la barrabrava. ¿Por qué se dice esto? Fue de público conocimiento que cuando Matías Almeyda comenzó a caminar por la cuerda floja y los resultados ya no acompañaban, varios fueron los que le soltaron la mano. No sólo dirigentes, sino también algunos hinchas (principalmente los ubicados junto al grupo de los ‘caracterizados’).
Mientras le colgaban algunas banderas como la que rezaba ‘Volvé Ramón’, también le dedicaban cánticos como el popular ‘cantemos todos para que vuelva Ramón’ y hasta organizaban banderazos para pedir por el retorno del DT más ganador.
Ya con la vuelta del riojano consumada, las muestras de apoyo estuvieron siempre pero ya no fue necesario hacerlas tan evidentes. La relación parecía ser una más de las tantas idolatrías que existen a quienes han sabido escribir las páginas más gloriosas de la historia de un club (así como la de Boca a Bianchi o de Racing a Merlo, por mencionar algunas). Pero la polémica se instaló en el centro de la escena cuando estalló el escándalo de la reventa de entradas en River. Es que pocos días después de que la Justicia iniciara una pesquisa contra ex dirigentes, barras, policías y personas ligadas al Gobierno por estafar a los socios; salió a la luz una trama de relaciones entre los violentos y el cuerpo técnico (entre otras relaciones).
Según trascendió en ese entonces, en una de las escuchas telefónicas interceptadas por la Justicia aparecía Emiliano Díaz (hijo del DT y su ayudante) acordando con Martín Araujo (capo de Los Borrachos del Tablón) un encuentro para que conozcan a Ramón y "arreglen todo". "Después de las 12 estamos libres, mi viejo los quiere conocer así arreglamos todo", le habría dicho Emiliano. Asimismo, se supo que los barras compartieron el hotel con el plantel en la Copa Sudamericana, ante Liga de Loja. Allí también habrían mantenido un encuentro con Marcelo Escudero, el otro ayudante de Ramón Díaz en el cuerpo técnico.
Tras aquella polémica estallada a fines del pasado año, todo pareció mermar con el cambio de dirigencia (Rodolfo D’Onofrio sustituyó en la presidencia a Daniel Passarella). Pero parece que no fue por mucho tiempo. Es que ya en la previa del Superclásico se pudo apreciar cómo la barra ‘mimaba’ de manera especial al riojano, a quien le confeccionaron una bandera con su rostro y señalándolo como ‘el más ganador’. Dicho ‘trapo’ fue colgado en una práctica previa al duelo ante Boca y luego lo llevaron al Monumental en los partidos ante Newell’s y el reciente con la ‘Crema’.
Ante dicha muestra pública de cariño, Ramón no tuvo más desafortunada idea que ‘corresponderlos’ frente a las cámaras y despertar un generalizado malestar de un país que se ve doloridamente afectado por los reiterados hechos de violencia. Mientras se rumorea que los directivos habrían quedado también incómodos con las polémicas palabras del entrenador, lo cierto es que no hace demasiado tiempo atrás, el presidente Rodolfo D’Onofrio también supo brindarles un criticado espaldarazo al declarar que "los barras son socios de River que no podemos discriminar".
Está claro que el repudiable nexo de los violentos no es sólo con el cuerpo técnico, sino que va más allá aún. ¿Llegará el día en que alguien se anime a enfrentarlos verdaderamente y logre erradicarlos del fútbol? Lamentablemente, muy lejos parece estar de suceder, mientras sigan aconteciendo hechos como el que protagonizó Ramón.
