Los errores cuestan caro. Y en su ilusión de pelear el ascenso a la Primera B Nacional, Sportivo Desamparados sufrió en carne propia ese tremendo costo de equivocarse cuando no debía. Porque esta vez jugó los primeros 20 minutos a lo Sportivo pero llegó ese instante fatídico del minuto 22 cuando dudaron en el fondo Pelayes, Gómez y Medina para entregarle el gol a un Cipolletti que ahí empezó a hacer su negocio. Ese golpe fue mortal. Fue nocaut para Sportivo porque mantuvo la actitud pero ya no fue tan lúcido. Intentó por todos lados, con cambios, con entrega, pero su destino ya estaba sellado y el precio del error tal vez sea otra frustración. Ahora, solamente un milagro y la reaparición de esa mística que lo hace capaz de todo, puede devolver la ilusión en Puyuta.
El comienzo fue a toda orquesta en Sportivo porque volvió la generación, la profundidad y las opciones. A los 10′ Ceballos probó de media distancia en la primera llegada a fondo. A los 16′, Gustavo Pereyra mostró atrevimiento al ensayar una media vuelta que se fue desviada. Todo era de Sportivo y parecía que la justicia del gol llegaba en cualquier momento pero el principio del fin comenzó a los 22′. Una pelota sencilla complicó a Daniel Gómez, que la sacó a medias y la dejó picando en el vértice derecho del área chica. Parecía que su cobertura alcanzaba para que Pelayes controlara, pero los dos dudaron y el que primereó fue Weisser que habilitó a Ibañez para definir. Un golpe mortal.
Sportivo intentó sacudirse pero ya no había la misma claridad. Así y todo tuvo chances concretas de empate como ese tremendo tiro libre de Molina que Ruiz sacó sobre el travesaño. Pero también sufrió y en una contra Ibañez casi lo liquida.
La esperanza del segundo tiempo empezó a diluirse lentamente. Desamparados volvió con el mismo equipo y recién después de los 15′ encontró esas opciones de gol que tanto necesitaba. Lo tuvo Gustavo Pereyra y tres minutos más tarde otra vez el "Gatito" fue protagonista pero los cierres oportunos de los dos centrales rionegrinos ahogaron el merecido empate. Magistretti movió el banco: dos puntas más, otro engance y a jugarse la vida. No le alcanzó porque si bien Sportivo arrinconó a Cipolletti, nunca pudo poner un delantero cara a cara con el arquero sureño. Así y todo, a los empujones, Sportivo tuvo chances de tener el consuelo de un empate. El arquero Ruiz se hizo figura con dos remates de Molina y de Matías Garrido. No había caso. No iba a entrar nunca.
Poco a poco y con el reloj en contra, Desamparados convirtió su actitud en desesperación y casi quedó expuesto al segundo de Cipolletti.
No hubo reacción final, ni tampoco milagro. Desamparados pagó demasiado alto el precio de un error y ahora, solamente un milagro, puede devolverle la ilusión de la clasificación. Que así sea.
