"Yo vine acá para esto, para pelear por un ascenso”. Federico Poggi repasó con esta frase el momento en que decidió trasladarse a San Juan con su familia, a luchar por este objetivo en San Martín. En el día después de marcar, según valoró el delantero, uno de los goles más importantes de su carrera como el del lunes ante Gimnasia de Jujuy no tiene dudas que la decisión tomada hace ocho meses resultó la correcta. El Enano, quien reveló que contra el Lobo anotó su segundo tanto de cabeza como profesional y luego de nada menos que diez años, es una de esas piezas claves en los equipos que buscan llegar a Primera. Lo fue en el Huracán del 2007, donde Poggi enfrentó al Verdinegro en la final por el ascenso y después se ganó el boleto a la máxima categoría en la Promoción ante Godoy Cruz, y lo es hoy en el equipo de Garnero. El tanto suyo del lunes es una muestra más de su categoría, pero repasando su grito anterior ya lo había demostrado marcándole a otro rival directo como Atlético Tucumán y en el estadio del Decano.
"El grupo sabía que ante Gimnasia era un partido bisagra. Esos que marcan el camino y por eso la victoria era clave. Nos fortalece en lo anímico y en lo numérico. Sirve, principalmente, para sacarle siete puntos a un rival directo por la Promoción como Gimnasia y sabiendo que si ganamos los dos de locales vamos casi a asegurarnos esa chance”, explicó Federico. El festejo fue calcado al de su primer grito en Concepción, en el último juego del 2010 ante Patronato y después de volver tras un desgarro. Camiseta al aire y revoleó de manos fue la coreografía elegida por el último de los 20 refuerzos de San Martín al arrancar el certamen. Claro que los motivos esta vez resultaron bien distintos: "No tengo dudas que fue uno de los goles más importantes de mi carrera. Lo grité así por muchos factores. Por un lado por lo que servía para el grupo, por lo duro del partido y también por el hecho de que se me viene mucho a la memoria en esta época mi hermano, que falleció hace tres años en Buenos Aires en un accidente en su moto. Siempre recuerdo todo lo que me decía y me alentaba y por eso fue como un desahogo en ese momento del gol”, subrayó, emocionado, el zurdo de 30 años sobre la desaparición de Juan Pablo, quien el 6 de abril pasado hubiera cumplido dos años más que él.
Poggi es un habilidoso en el mano a mano y cuenta con una velocidad no habitual en la categoría. Pero en el juego aéreo, debido a su 1,66 metros de estatura, corre con desventaja aunque el lunes fue por esa vía que marcó el gol del triunfo. "La verdad, tengo que hacer memoria para recordar el anterior de cabeza que marqué (piensa). Fue hace diez años, cuando empezaba en la Primera de San Telmo”, tiró sonriente y agregó: "Me comí muchas gastadas en el entrenamiento de hoy (por ayer) de mis compañeros, pero todo bien. Creo que lo pude hacer porque nadie me tenía para cabecear en el medio del área”.