Tristeza. Las lágrimas fueron una muestra de la desazón por el descenso. El plantel se retiró aplaudido del campo de juego.

En el fútbol que vivimos hoy en día, resulta casi imposible encontrar la imagen que se dio ayer en el Pueblo Viejo. Sin invadir la cancha, sin hechos de violencia, sólo aplaudiendo y al grito pleno de "vamos a volver". Ese ejemplo dio ayer la hinchada de San Martín, que despidió a sus jugadores a puro cántico, una muestra de acompañamiento entre tanto dolor por perder la categoría.

Desde el minuto inicial alentaron a más no poder a sus jugadores y tuvieron premio a los 7" cuando el "Pampa" Gelabert abrió el marcador. Los abrazos sobraron y el aliento siguió desde las tribunas. En las plateas, los hinchas estuvieron atentos a la radio, esperando que desde Paraná llegaran novedades, y eso también llegó a los 45" cuando el gol de Argentinos se gritó como si hubiese sido allí en Concepción. Ya en el complemento, la mano del "Bicho" no llegaba por eso con el paso de los minutos y con el final ya anunciado la desazón ganó en Concepción. Con lagrimas en los ojos muchos hinchas dejaron manifiesto su dolor, pero la postal fue en el final: los jugadores fueron hasta la Popular Norte a obsequiar sus camisetas y recibieron el apoyo del público y el pedido que hoy reina en el Pueblo Viejo con el "Vamos a volver...". San Martín entendió que ese es el verdadero folklore del fútbol: acompañar al equipo de sus amores en el peor momento y entender que el descenso no es la muerte.

El gol que no fue

  • El triunfo de San Martín no alcanzaba y había que esperar el empate de Argentinos ante Patronato. Los hinchas se mantuvieron atentos a la radio y en el final del complemento cayeron en el error y gritaron el gol de Tigre que no tenía injerencia en Concepción.