El esperado regreso de Juan Román Riquelme a Boca Juniors terminó anoche con una sorpresa mayúscula, ya que Unión de Santa Fe, después de 26 partidos sin triunfos, logró un resonante 3-1 en La Bombonera. Riquelme jugó un aceptable partido, se mantuvo en cancha los noventa minutos y fue en definitiva el mejor hombre de Boca. Pero, el resto del equipo estuvo desarticulado por completo, con una defensa que cometió groseros errores y pagó tributo a esas debilidades.
Unión contó con un Andrés Franzoia en gran nivel, marcó diferencias de mitad de cancha para adelante, fue un conjunto ordenado, sin puntos débiles, con buenos rendimientos de Bruno Bianchi y el uruguayo Nicolás Correa, y ganó porque fue más sólido y más aplomado que su rival. A los 6 minutos, Franzoia definió al gol, pero la jugada fue mal invalidada por fuera de juego. La mejor opción del local fue a los 12, con una maniobra del uruguayo Santiago Silva por derecha culminada con remate mordido de zurda que contuvo Martín Perafán. A los 23, un tiro libre de Riquelme terminó con un cabezazo desviado de Matías Caruzzo. En el mejor momento de Boca, a los 26, Franzoia recibió de Lizio, devolvió con mucha precisión y el ex River, ante la salida de Orion, picó la pelota para poner el 1 a 0. Con el resultado en contra, el local volvió a desacomodarse, Unión ganó en confianza, empezó a circular mejor la pelota y a los 34, después de un tiro de esquina, se produjo un rebote y Bianchi apareció solo por la izquierda para vencer a Orion con un remate cruzado.
Boca salió con mucha decisión en el segundo tiempo, contó con un cabezazo de Cristian Erbes desviado, al minuto de juego, y después con dos remates de Román que contuvo Perafán. Luego, hubo un tercer disparo del capitán ‘Xeneize‘ que pasó cerca. Unión cuando se decidió a pasar al ataque volvió a desnudar las carencias del fondo local. Así, fue como a los 15, un enorme error de Burdisso dejó solo a Franzoia ante Orion, el remate dio en el palo y el rebote lo tomó Magnín, quien convirtió. Con eso, el partido quedó definido y aunque Boca volvió a acumular algunas llegadas de peligro, la suerte ya estaba echada.