Tiene 30 años, nació en Pocito, es tan fanático de Lionel Messi que se lo estampó en la piel y desde ahí viajó para tratar de encontrarlo con el fin de conseguir su firma. Hoy, en la previa del partido entre Argentina y Brasil en el Estadio del Bicentenario, Cristian Solera terminó haciéndose viral por recibir un mensaje de Richarlison.

El vínculo entre el sanjuanino y el brasilero que no jugará el clásico por estar lesionado comenzó esta mañana, cuando Cristhian esperaba ver al Capitán de Argentina parado frente al hotel Del Bono Park. Allí fue fotografiado con su tatuaje y una remera con la imagen del atacante del Everton en la final de la Copa América en el Maracaná con la leyenda "se busca".

Esa fotografía fue compartida en las redes sociales por TyC Sports y recibió el comentario: "Me aman, jajaja", del propio Richarlison, calentando la previa y tomándose con humor la rivalidad con los fanáticos de la Selección Argentina.

Sin embargo, Cristian no se da por satisfecho, sigue buscando la firma de su ídolo. "Estaba en el hotel, ahora voy a mi casa a bañarme y no sé si voy a volver al hotel o me voy directamente al Estadio", comentó hoy por la siesta a DIARIO DE CUYO el sanjuanino de 30 años, que aseguró que fue el primero en llegar a las boleterías de El Villicum para conseguir su entrada para el partido.

Cristian en la puerta del hotel.

"Yo vivo en Dinamarca y tenía que volver hace 10 días, pero cuando me enteré que venía la Selección a mi departamento cancelé el vuelo. Perdí mi trabajo allá para quedarme. Pero no me importa lo que quiero es que me firme el tatuaje", aseguró el sanjuanino.

No es la primera vez que el pocitano hace una locura por Messi, ya lo buscó en Francia, cuando comenzó su flamante carrera en el PSG, pero no lo pudo ver. También estuvo antes en Sao Pablo, cuando el partido se suspendió, pero ahí tampoco tuvo suerte.

Sin embargo, esta vez se tiene fe y no sólo porque "la tercera es la vencida", sino porque juega de local. 

En cuanto a su futuro, después de conseguir la rúbrica de La Pulga y tatuarsela al lado de su imagen, piensa regresar a Dinamarca, esta vez para trabajar como delivery. "Me iré a repartir pizzas, en una bici, con 15 grados bajo cero", reflexionó.