Sí, era una exhibición. Pero David Nalbandian ayer jugó más que a ganar, jugó a probarse, a medirse a sí mismo después de siete meses de recuperación tras su operación en la cadera. Su último partido había sido en Estoril y el primero en su vuelta fue acá, en el estadio Aldo Cantoni. Sobre las 21,17 de ayer, ante un buen marco de público, el ex número 3 del mundo, el hombre que ganó el Masters de Shangai, el referente argentino de Copa Davis, regresó tras su lesión y ganó ante Nicolás Massú en el partido que cerró la primera jornada de la Copa San Juan Minero de tenis. En la previa, Gastón Gaudio había derrotado a Guillermo Cañas y ambos ganadores se medirán hoy en la final a las 21.
David venció al trasandino por 6-2 y 6-1, en una demostración de que su talento está intacto. Sí, era una exhibición, pero Nalbandian le dio otro significado. Si no, cómo explicar su puño apretado tras ganar un break point, cómo explicar su enojo tras un par de tiros errados. "Si quiero estar entre los 10 mejores de nuevo, tengo que estar fino. En todo. Yo tomé esto como un testeo de competencia. Había jugado algunos partidos, pero ahora era diferente: sacar, exigirme en algunos movimientos, descansar poco entre los puntos. Tenía que aprovechar cada momento en este partido para empezar a entrar en ritmo", dijo.
Había una expectativa especial por su regreso y San Juan le hizo vivir un momento especial. Entró aplaudido y de pie, y se fue de la misma manera. Anoche David fue, lejos, el jugador más ovacionado de los cuatro grandes que jugaron las semifinales del torneo, que no tiene antecedentes en la historia del deporte provincial. Y el cordobés confesó que se motivó aún más por ese aliento.
David Nalbandian, con camiseta azul, entró a la cancha y no tuvo dudas. Arrancó con todo para empezar a construir su triunfo demoledor. Massú, quien estaba de vacaciones y adelantó por dos días su pretemporada para enfrentar a David, no encontró respuestas en toda la noche. El unquillense, que se permitió algunos lujitos propios de una exhibición, mostró una derecha impecable y un buen saque.
Se convirtió en el protagonista exclusivo de la noche, quebrando rápidamente al doble ganador olímpico, para llevarse el primer set por 6 a 2. En el segundo parcial, aprovechando también las imprecisiones de Massú, Nalbandian se mostró más firme aún y el 6-1 final fue el fiel reflejo de lo que pasó en la cancha. "Jugué bien para ser mi primer partido. Realmente estoy contento. Y tranquilo", confesó. Quizá eso es lo que buscaba ayer, tranquilidad para afrontar su esperada vuelta, esa que dio su primer paso nada menos que en un Aldo Cantoni que vivió una jornada inolvidable.

