Compacto y parejo en todas sus líneas, Banfield logró el ansiado título de campeón por primera vez en su vida gracias a que el técnico logró que el equipo llevara desde el primer partido a la cancha su filosofía de juego sin cuestionamientos y en ese contexto fueron apareciendo las individualidades entre las que se terminaron destacando dos extranjeros: el goleador del certamen, el uruguayo Santiago Silva, y la revelación, el colombiano James Rodríguez.
Silva logró ayer el segundo título de su carrera tras el que conquistó con el Nacional de su país en 2002, y cerró el 2009 como el mejor delantero del fútbol argentino, con 14 conquistas.
En Banfield "me han dado mucha confianza, mucho respaldo, y además juego en un equipo muy sólido, que sabe lo que quiere y que tiene jugadores como para atreverse a soñar con un título, como acaba de ocurrir", aseguró el delantero.
Silva consideró "fundamental" lo que le aportó su compatriota y compañero de ataque, Sebastián Fernández: "Con ‘Seba’ nos entendemos bien, somos socios en la cancha y lo importante es que somos luchadores, peleamos por todos los balones en todo momento", añadió.
Por su parte, James Rodríguez obtuvo su primer título de campeón, a los 18 años. En Banfield recibieron un video con algunos partidos del juvenil en Colombia y no dudaron en comprarle el 50 por ciento de su ficha en 400.000 dólares. Debutó con 17 años y se convirtió en el extranjero más joven en jugar en el fútbol de primera argentino. En un torneo que pasó a ser la revelación, todo indica que su futuro será en otros clubes más poderosos.

