El "Chacho" Coudet transmitió su personalidad avasallante y ganadora al equipo que dominó el torneo con una actitud ofensiva clara y un gran orden táctico.

En la preparada minuciosamente fiesta de los campeones, al técnico Eduardo "Chacho" Coudet, al mánager Diego Milito y al presidente Víctor Blanco le entregaron "el saco del campeón". Ese fue el momento en que habló el entrenador. Le preguntaron por su futuro y luego de decir "el hincha de Racing es pasional, a mí me gusta la locura y los quilombos, perdonen por no haberlos hecho sufrir hasta la última fecha", dio un adelanto de su decisión. "Vamos por más", tiró. Todo un anticipo de su segura continuidad en la institución. Y ahí el Cilindro volvió a explotar con el "Veo, veo, qué ves, una cosa, qué es, que vamo a salir campeones otra vez de la mano de Coudet".

El chileno Díaz fue, por jerarquía individual y panorama colectivo, una pieza clave en la estructura y el juego del campeón del fútbol argentino.

Por su parte, uno de los más locuaces fue el volante chileno Marcelo Díaz, uno de los pilares del flamante campeón de la Superliga festejó con su hijo sobre los hombros portando una bandera de su país. A la hora de los reportajes y entrevistas le pidieron que relacionara a cada compañero con algún personaje popular y fue gracioso a quién nombró cuando le mencionaron al arquero Arias: "Benji Price", en alusión al gran arquero de la famosa serie de dibujos animados Los Supercampeones.