La lucha por el título estaba resumida en dos apellidos: Aegerter y Odenddal. El día anterior Aegerter (un suizo conduciendo una Yamaha) había terminado quinto. Odenddal (un sudafricano también guiando otra Yamaha) fue cuarto. Los dos se disputaban el título del Campeonato Mundial de la telonera categoría Supersport en un domingo que debían ser protagonistas para darse el gustazo mayor. El sábado, el otro que se había ido contento del circuito San Juan Villicum era el francés Jules Cluzel porque había ganado la carrera sin discusiones.

Ayer, en la segunda carrera, hubo algo que se repitió. El primero que recibió la bandera a cuadros como ganador fue el francés Cluzel. Lo que no estaba en los papeles previos era el imprevisto que sufriría uno de los dos candidatos al título: Odenddal. El sudafricano se fue al piso tratando de salir de la complicada primera curva del circuito apenas habían largado y sus aspiraciones se hicieron trizas.

Al frente. Así dominó y terminó la carrera el francés Jules Cluzel. En la imagen va por delante del turco Oncu, que fue su escolta.

Aegerter, ni lerdo ni perezoso pese a que no partió muy bien, empezó a ganar posiciones y se entremezcló con los de arriba. Sabía que esos puntitos eran oro para ganar el título y trabajó para ello.

Odenddal, en su desesperación al verse en la última posición, trató de ir trepando a un ritmo feroz pero lo que empezó mal para él terminó de la misma manera. Se fue de pista otra vez y ahí se cayeron todos sus sueños. Ni siquiera sirvió la imagen de comunión entre él y su moto, porque antes de salir a pista se agachó en el box como conversando con ella. Como buscando un diálogo que terminara de la mejor manera. Lástima, no pudo ser.

Arriba y ya con la carrera transitando la segunda mitad, Cluzel marcaba el ritmo. Seguido siempre de cerca por la Kawasaki del turco Oncu. Y ya en el tercer escalón se metían las pretensiones del suizo Aegerter.

Estaba cantado que el suizo no se iba a jugar por más. Ya le alcanzaba con ese puesto que lo hacía subir al podio. Por eso las últimas vueltas cuidó sus recorridos y marchó firme detrás de los dos protagonistas que trataban de recibir la bandera a cuadros lo antes posible.

La lucha llegó a su fin con Cluzel repitiendo la victoria del día anterior y demostrando que el circuito sanjuanino le sentaba a las mil maravillas. Y con Aegerter plagado de felicidad por el título del Campeonato Mundial conseguido. Quedará para los registros históricos: se consagró en San Juan.

"Fui muy regular"


El suizo Dominique Aegerter, flamante campeón mundial de la categoría Supersport, vivió con felicidad su consagración. "Creo que hicimos un gran trabajo", dijo. Formamos un equipo fantástico y conseguimos buenos resultados ganando varias carreras. Todo eso sumó para ganar el Campeonato. San Juan me sienta bien. Sentimos el apoyo de los fans, gracias a todos".

"A cinco vueltas de terminar leí en el tablero que Odendaal estaba fuera, pero simplemente me concentré en mi trabajo. Quería llegar al podio. Ese era mi objetivo y lo logré. No es fácil de luchar por el Campeonato".

Y terminó: "Hicimos todos los esfuerzos para terminar en el podio y ganar el Campeonato a falta de una fecha. Es fantástico. Fui muy regular, presioné cada vuelta y me mantuve enfocado las 19 vueltas. Esa fue mi fortaleza".