Rompiendo los límites de la velocidad humana, Usain Bolt se convirtió en leyenda viva del atletismo con sólo 22 años al proclamarse campeón mundial de 100 metros en 9.58 segundos, 11 centésimas por debajo de su plusmarca mundial anterior, frente a un Tyson Gay que hubo de consolarse con el récord de Estados Unidos (9.71).

Asafa Powell, predecesor de Bolt como plusmarquista mundial (9.72), subió, por fin, a un podio en alta competición gracias a su mejor marca del año (9.84).

Sobre la misma pista en la que Jesse Owens, para disgusto de Hitler, ganó hace 73 años la final olímpica en 10.3 segundos (la primera de sus cuatro medallas de oro), Bolt escribió una nueva página imborrable en sólo 9.58 segundos.

El pistoletazo puso en marcha la máquina de correr en que se ha convertido Bolt, que sólo tardó 146 milésimas en ponerse en acción, sólo dos más que el especialista Gay.

Ni siquiera tuvo que hacer una salida excepcional, porque su progresión le permite recuperar terreno en la tercera zancada.

Sólo una vez Bolt y Gay se habían enfrentado en 100 metros. Fue el 31 de mayo del 2008, en Nueva York, y el jamaicano también batió al estadounidense (9.72 frente a 9.85).

Desde los tiempos de Carl Lewis y Ben Johnson, en los ’80, la prueba reina no había gozado de tanta prosperidad como ahora, cuando a lo largo de un año de réplicas y contrarréplicas, sin coincidir una sola vez, Usain Bolt y Tyson Gay se pusieron frente a frente. Y fue, sin dudas, un día histórico para el atletismo mundial.