Examen. Elizabet Montaño superó con muy buenos registros las pruebas de velocidad.

En apenas 5 años de carrera en el arbitraje, Elizabet Montaño fue cruzando límites. Empezó en el curso de la Liga Sanjuanina, pasó por Inferiores, por el futsal, por el fútbol femenino y en el fútbol departamental. Hizo todo lo necesario para crecer, para avanzar y después de tanto esfuerzo, esta semana dio el salto que tanto soñaba al aprobar la prueba nacional realizada en San Luis y quedar ya incorporada a la Tabla de Méritos que la posiciona para ser designada en el próximo Torneo Regional Amateur -ex Federal B-. Un paso gigante. Una posibilidad de incursionar en el arbitraje nacional de verdad.

"Fue muy duro. Me preparé a pleno por más de un mes y medio. Se dio la oportunidad de rendir propuesta por la Liga Caucetera de Fútbol y a través de la Federación Sanjuanina. Miguel Martínez fue mi entrenador y su trabajo y dedicación me permitieron llegar al examen de San Luis más que bien preparada. Las pruebas fueron tremendas desde lo físico y en el grupo de jueces que fuimos desde Caucete, aprobaron 6 chicos además de mi. Gustavo Bassi fue quien encabezó los exámenes y luego de que pasé las pruebas, se me acercó y me dijo que había quedado muy conforme con mi preparación, mi actitud. Es más, me dijo que me quiere en acción pronto y sería en Mendoza, en la Fase Final del Nacional de Selecciones Femenino a fines de este mes".

Respaldo. Gustavo Bassi reconoció el esfuerzo de la sanjuanina y la instó a buscar más actividad.

En San Juan, Montaño había estado dirigiendo futsal dentro de la Liga Sanjuanina y los torneos departamentales de la Federación, pero ahora su escenario promete ser otro y la árbitro lo sabe: "Sería un sueño cumplido llegar a estar designada en el Regional Amateur. Uno sonó y se preparó para eso pero por ahí las cosas no son tan sencillas."

De cara al futuro inmediato y vinculada con la Federación Sanjuanina, Montaño será protagonista del desarrollo del Torneo Femenino que está en juego.

Su vida se reparte y multiplica las horas entre el Ministerio de Desarrollo Humano, las clases de gimnasia en dos escuelas, los entrenamientos y dirigir. Pero para Montaño, todo ese esfuerzo tiene sus frutos y ahora los empezó a disfrutar sin que nadie le regale nada. Una historia para contar.