En el boxeo las palabras sirven para generar expectativa. Tienen valor en lo previo, pero su interés pasa a ser relativo cuando les toca hablar a los puños. El quilmeño Sergio Maravilla Martínez, es de aquellos púgiles que explotan muy bien el peso de los dichos. Entiende mejor que muchos cual es el negocio y, más allá de su propensión a las cámaras y micrófonos, sabe muy bien que para ratificar todo lo afirmado debe mantener una disciplina espartana preparando su físico para la acción.

Tanto él, que cargará sobre sus espaldas la responsabilidad de colmar las esperanzas de sus compatriotas que llenarán el estadio José Amalfitani, como su rival, el inglés Martin Murray, han prometido nocaut. Ambos, por diferentes motivos, llegarán a la cita muy afilados. El favorito es el argentino, que cuenta con el bagaje técnico necesario para superar a su adversario. Pero el mismo Martínez se encargó de aclarar cuando presentaron la contienda que el británico tiene la misma sed de gloria que tenía él hace un par de años. ‘No será una pelea sencilla, pero voy a ganarla‘, afirmó.

UN GRAN SHOW

El Fortín de Liniers está siendo remodelado para una jornada deportiva única. ‘El evento de box más grande de la Argentina‘, como se lo vende en las promociones radiales y televisivas.

Si bien habrá ocho combates, no sólo habrá boxeo en la tarde noche porteña. A las 15 se abrirán las puertas del estadio. Los aficionados tendrán la oportunidad de pasear por un lugar donde se venderá todo el merchandaising oficial referido a la reunión y contarán con la opción de disfrutar de algún bocado o un trago en un patio de comidas.

Aquellos aficionados que adquirieron las mejores plateas, contarán con un servicio VIP con catering ilimitado por seis horas continuas.

Aparte del ring habrá dos escenarios y el viernes se culminará con la colocación de tribunas tubulares. Aproximadamente medio millar de obreros trabajan en el montaje escenográfico.

Además de las ocho peleas, habrá espectáculos artísticos. Estará el grupo Bajofondo, con la participación de Gustavo Santaolalla. Habrá, también, un recital del DJ Zuker, acompañado por un excepcional juego de luces con 400 luminarias móviles.

Por un día un templo del fútbol se transformará en un escenario pugilístico. No será un día más, será una ‘jornada histórica‘ como se la ‘vende‘ de un deporte que con Maravilla Martínez recuperó, en el país, el brillo de antaño. Quedan 4, 3, 2, 1 día, ya está. Sólo resta que suban al ring.