En medio de la espera y la emoción por ingresar a la Casa Rosada y despedir por última vez a Diego Armando Maradona, un numeroso grupo de hinchas causó una serie de disturbios en los que tuvo que intervenir la Policía de la Ciudad. Ocurrió poco después de las seis de la mañana cuando abrieron las puertas de la sede del gobierno, donde velan al ex jugador.

Empujones, corridas y botellazos marcaron el ingreso a la Casa Rosada durante varios minutos. Pese al importante operativo de las fuerzas de seguridad, decenas de fanáticos no pudieron aguardar su turno y de repente comenzaron a generar los disturbios con tal de entrar cuanto antes para ver el cajón donde descansan los restos del ídolo popular.

Algunas de las vallas colocadas para contener la marea de gente alrededor de la Plaza de Mayo cedieron ante la presión de los hinchas y cayeron al piso. Las imágenes reflejadas por varios medios de comunicación mostraron algún que otro golpe de los efectivos hacia la muchedumbre en un intento por contener los disturbios. Hubo amontonamientos, gritos e insultos hasta que finalmente la situación se controló y el ingreso al velatorio volvió a la normalidad.

Sin embargo, la calma duró apenas minutos. La gran cantidad de gente que se acercó al funeral de Diego Maradona aumentó la presión en la entrada de la Casa Rosada y nuevamente se generaron disturbios. Más vallas fueron embestidas por la marea y cientos de fanáticos corrieron para poder ingresar al velorio del astro del fútbol mundial.

Hubo tensión, desborde y más golpes. La cantidad de efectivos no dio abasto ante la enorme cantidad de personas que se agolparon para empujar y entrar al edificio donde velan los restos de Maradona. La desesperación fue en aumento y hasta se registraron algunos heridos, con cortes en la cabeza. Algunos que concurrieron a la Plaza incluso aseguraron que la policía arrojó algún tipo de gas.

Según informó ayer el Gobierno, el operativo de seguridad en la zona está a cargo de dos ministerios y tres fuerzas de seguridad. El Ministerio de Seguridad indicó que la custodia está a cargo de la Policía de la Ciudad, con el apoyo de efectivos de la Policía Federal y la Gendarmería Nacional. En tanto, la cartera de Defensa colocó siete postas sanitarias en inmediaciones de la Casa de Gobierno para asistir a las personas que lo necesiten.

Sin embargo, parece que la cantidad de efectivos no dio abasto y de manera intermitente hubo disturbios y enfrentamientos con la Policía. A eso de las 7:50, la situación nuevamente volvió a la normalidad, aunque la tensión y los amontonamientos -pandemia mediante- fueron la constante.

Pasadas las seis de la mañana se abrieron las puertas de la Casa Rosada para el público en general. Una vez dentro, las personas pasan frente al féretro y luego salen a través de la puerta de Balcarce 24. Lágrimas, llantos descontrolados, cánticos de cancha, algunos hasta envueltos en banderas de Argentina. La cantidad de gente fue inmensa para despedir al jugador más grande de la historia del fútbol.

Para acceder al funeral primero se debe entrar a la Plaza de Mayo por el corredor habilitado, demarcado con un importante vallado para facilitar el control en el ingreso de los hinchas. El Gobierno les pidió a los fanáticos de Maradona que asistan al funeral que cumplan con las medidas de prevención para evitar contagios de coronavirus. Sin embargo, las imágenes reflejaron que prácticamente ninguna de las recomendaciones sanitarias se cumplió.

La zona de la Plaza de Mayo quedó desbordada desde la madrugada. Anoche a última hora comenzaron a acercarse aquellos fieles para darle el último adiós. En las primeras horas de la madrugada ya una multitud hacía fila para ingresar al salón donde descansa el ídolo mundial. Poco antes de las 7 de la mañana, la cantidad de gente era incontable. La fila llegaba hasta la Avenida 9 de Julio. Por indicación de la familia, el velorio es a cajón cerrado y se extenderá hasta hoy las 16.