Tenía que ganar para seguir prendido en su remontada y confirmar que su crecimiento tiene bases sólidas. Las mismas que anoche se justificaron en no desesperarse y reaccionar cuando parecía que Guaymallén se lo daba vuelta. Por eso ganó, porque la visita se encontró en superioridad numérica, lo igualó y fue ahí cuando el conjunto de Villafañe sacó a relucir su mejor faceta hasta que encontró su premio, lo venció por 2-1 y los tres puntos se quedaron en casa para ratificar que en el Barrio Atlético es difícil robarle unidades.

El primer tiempo tuvo poco de juego, fue muy friccionado y cortada con infracciones. La primera fue del local con el remate, a los 9\', de Hernán Muñoz con un tiro libre de larga distancia. El resto fue hacerse fuerte en el medio y buscar por los laterales. Recién sobre los 29\' el Cacique probó con Mignani sin llevar peligro.

Y cuando el partido comenzaba a crecer cayó el gol de Trinidad. Iban 34\' y Gigena sacó el remate que dio en el palo y el rebote, con mucha fortuna, le pegó a Paratore y se metió. A partir de ahí el encuentro mejoró, Ibaceta se animó, subió y disparó. Y sobre el final Gigena estuvo cerca de ampliar.

El complemento comenzó intenso, con ambos buscando el gol que se dio. Fue a los 13\' cuando el error local llegó, Mazzetti cometió la falta en el área, lo expulsaron, penal y la ejecución de Lucas Martínez para empatarlo.

Parecía que la noche se venía en el Barrio Atlético. Aunque fue todo lo contrario, Trinidad creció, fue y fue, y por la misma vía que su rival volvió a mandar. Porque Vizcarra cometió la falta, vio la roja y Edgardo Díaz, de penal, puso el 2-1 para darle el triunfo al local.