A los clásicos hay que ganarlos. Sea como sea, sin brillo, sin lujos pero con la convicción de que ese tipo de partidos no se pierden. Y más tratándose de un superclásico aunque haya sido amistoso. Y Boca lo asumió así. Sufriendo un desarrollo pobre y apenas rescatable en la primera parte, pero acertando en un cambio clave para dominar, sacar su ventaja y con ese gol de Junior Benítez terminar derrotando 1-0 a un River Plate que llegó con todo lo que tiene, que puso lo que hay después de la salida de Alario pero que parece tener pólvora mojada y una superpoblación de volantes que tratan lindo a la pelota pero les falta pimienta en el arco. Esa fue la pequeña gran diferencia para Boca. Acertar cuando debía en el cambio y no perdonar cuando se le presentó la oportunidad.

En Boca, la mala noticia terminó siendo la severa contractura del delantero Cristian Espinoza.

En el primer tiempo, la pelota y lo mejorcito del juego pasó por la presentación en sociedad del uruguayo Nico De la Cruz en River que con su movilidad se asoció mucho y bien con Nacho Fernández y Martínez, solo que arriba la soledad de Scocco terminó siendo los planes del equipo de Gallardo. Pero así y todo, River hizo un poquito más. A los14" Ignacio Scocco tuvo una chance clara tras un centro de Montiel que no alcanzó a conectar en el segundo palo. Esa fue la mejor opción de River en los primeros 45 minutos. En el complemento, Barros Schelotto leyó mejor cómo y por dónde emparejar el trámite y sacar ventajas. Con Espinoza lesionado, mandó a Pablo Pérez al medio y soltó a Fernando Gago para generar algo más desde el medio para arriba. Ese retoque táctico desacomodó a la línea de volantes de River que ya no pudo manejar tanto la pelota. Boca creció. Se acomodó. Pérez se adueñó de la zona y buscando a Junior Benítez casi frontalmente, encontró la diferencia que terminó siendo la ganadora. Iban 23", Boca presionó en el medio, ganó Pérez, pase a Gago que metió el pelotazo de más de 40 metros para el pique largo, previsible y hasta controlable de Junior Benítez. Lo intentó cerrar Alexander Barboza pero el ex Defensa y Justicia dudó, lo dejó acomodar al ex Lanús y la respuesta de Germán Lux fue más que débil porque la pelota se le metió por un sector donde los arqueros siempre ganan. Gol de Boca, diferencia a favor y un partido diferente para un River que probó con los ingresos de Enzo Pérez, del colombiano Rafael Borré pero nunca se pudo reacomodar como para empatarlo.

Boca se afianzó. Entró Pavón para la contra, se afirmó la zaga central y controló a un impotente River que se fue metiendo en su propia trampa de intentar tener mucho la pelota pero sin lastimar nunca de verdad. Es momento de reinventarse en este proceso pero River quedó pagando.

 

LAS CLAVES

 

1. Ingreso vital
Boca la había pasado mal en la primera parte porque nunca pudo tener la pelota pero con el ingreso de Pablo Pérez en el inicio del complemento, se liberó Gago y empezó a generar juego para terminar haciendo la diferencia.

 

2. Impotencia
River manejó más y mejor la pelota en todo el primer tiempo pero sintió y extrañó demasiado la ausencia de Alario para la terminación de cada uno de sus intentos. Este nuevo esquema tiene pendiente el gol.

 

3. Simpleza
Boca sin brillos, sin nada extraño, terminó sacando su diferencia a favor cuando utilizó su contundencia como arma ganadora en un trámite que repartió dominio en cada uno de los parciales pero que se resolvió por un gol.