Banfield venció por 1 a 0 a Tigre con mucha angustia y se quedó con la punta del torneo Apertura, dos puntos por encima de su escolta Newell’s Old Boys, cuando solamente quedan tres en juego, por lo que está a un paso de coronarse por primera vez en su historia como campeón de Primera del fútbol argentino.

El partido con Tigre se jugó al influjo de los nervios de Banfield y la presión que ejercía la victoria previa de Newell’s Old Boys sobre Gimnasia en La Plata.

Además, el fantasma de la derrota con Racing siempre sobrevoló el colmado estadio albiverde, donde 30.000 almas sufrieron el desarrollo del encuentro ante la frustración inicial de no poder ser campeones anoche mismo.

Es que Banfield es un equipo cuando lo atacan y otra cuando debe asumir el protagonismo ofensivo de los partidos, algo que se hizo más ostensible en este tramo final del campeonato.

Por eso las llegadas que tuvo a lo largo de los 90 minutos pudieron contarse sobradamente con los dedos de una mano.

Un pelotazo del uruguayo Sebastián Fernández en el primer tiempo y una aproximación de su compatriota Santiago Silva en una corajeada sobre la línea de fondo, fueron las que se pudieron contabilizar en el primer tiempo.

Pero esto se redujo aún más en el segundo período, donde Banfield lucía impotente ante un Tigre que se cerraba bien atrás y no le dejaba otra opción que alguna pelota parada para desequilibrar.

La explosión de alegría para Banfield y su gente apareció sobre los 40 minutos cuando Víctor López, que había convertido su último gol frente a Boca en el campeonato anterior, recibió un tiro libre de Erviti y clavó el balón sobre el ángulo superior izquierdo, ante el estéril manotazo de Islas. Con eso alcanzó para que se desate la ilusión más grande en la historia del Taladro y que verá si el domingo se concreta. Al fin, poder gritar campeón en la A.