Caro. Para aquellos que piensan que en China todo cuesta menos, están errados porque nada es barato. La única diferencia: hay variedad.

 

"Mirá, si te vas a China te voy a encargar…". "Allá en China todo es barato, comprame…". "Aprovechá y comprá todo…". "Las compus y los teléfonos están regalados".

Todas esa frases las escuché antes de partir desde San Juan. Lógicamente me vine a Nanjing con las valijas cargadas de ilusiones. Me traje los ahorros para las próximas vacaciones (que a esta altura del año no son muchos) y alguna que otra platita de los que se la jugaron y me la dieron para "comprar más barato".

Desde que llegué me pegué un chasco. Lo que más le puede llamar la atención a uno (sobre todo porque es lo más caro) es lo que se encuadra dentro de la electrónica. Esto es computadoras y teléfonos celulares. ¿Barato? Ni ahí. Igual que en casa. Un teléfono celular de calidad no baja de los 3.500 yuanes, es decir algo más que 10.000 pesos argentinos, porque el cambio está a 3 por 1, en favor de la moneda china.

Entonces, sí es cierto tienen unos "caños" terribles de celulares pero cuestan lo que son. Hay marcas, además de las tradicionales, que son chinas al ciento por ciento. Tienen casi el mismo valor que las primeras.

Y en las computadoras es todo igual. Estaba cantado que había que preguntar por una de marca Apple, pero ni pensar en comprarla económica. No bajan de los 25.000 pesos argentinos. Así con otras marcas. Igual que lo que cuestan en la Argentina. Sólo algunos accesorios para cámaras fotográficas están económicos. Por ejemplo, un trípode de consistencia cuesta menos de 200 pesos argentinos.

Buscar otras cosas de menor valor es parecido. Las zapatillas de marcas conocidas (Adidas, Nike) no bajan de los 2.700 pesos argentinos. La ropa, igual. Sólo algunas prendas deportivas tienen un valor menor a las que se pueden conseguir en nuestra patria. Una tienda en especial (Decathlon) vende marcas francesas no tradicionales que son muy económicas para nosotros.

Malas barandas 
 

Uno de los problemas que ya sufrieron las damas y Sub-20 es el mal estado de las barandas del campo de juego. Están hechas “a la que te criaste”. 

Livianitas por demás, ni siquiera tienen un buen apoyo por detrás y hasta un jugador pasó de largo. Han buscado apuntalarlas con maderas apoyadas en ladrillos y hasta con bolsas de arena. Decididamente impresentables.