Una pena, que posiblemente el mejor Giro del Sol de la historia, tuvo un final inmerecido e inesperado.

Lo ganó Ricardo Escuela (Agrupación Virgen de Fátima), con total justicia según la visión del comisariato de la prueba, que entendió que la rodada con posterior abandono de Laureano Rosas (Sindicato Argentino de la Televisión), producto de un roce con el barrealino mientras disputaban la primera de las tres metas bonificadas, pasando el paredón del Dique de Ullum, fue un toque de carrera.

Iban recién 20 kilómetros de un parcial de 142. La carrera no nacía aún y se terminaba.

En realidad quedaban muchos otros ciclistas de distintos equipos con posibilidades. Porque al empezar la etapa un total de 26 competidores estaban separados por 25 segundos y, como la bonificación final era doble, todo podía ocurrir. Pero, el dulce sabor de una competencia que hasta esa meta volante, disfrutábamos todos, trastocó en una amarga sensación.

El duelo entre dos titanes, separados por un segundo, con muchos segundos a pelear en las bonificaciones quedó ahí. El resto fue una demostración de coraje y gran vergüenza deportiva de los conjuntos con menos posibilidades que atacaron una y otra vez al equipo del líder tratando de encontrar una fisura en la estructura del que, hasta el momento, ha demostrado ser el más poderoso de la temporada.

Si bien se salió rápido desde la bajada de bandera, las escaramuzas comenzaron cuando la Ruta del Sol comenzó a empinarse camino al paredón del Dique, donde se realizó la primera de las dos metas de montaña.

Con la primera meta que limaba segundos a menos de un kilómetro, allí partieron no sólo quienes disputaban los puntos de la general de montaña, como Juan Pablo Dotti (SEP-San Juan) y Nicolás Tivani (Fundación Hijo del Viento), sino que también se prendieron Escuela, Rosas y Moyano.

El tema era que ninguno de los tres que peleaban la general quería perder rueda en ese primer acelerón, porque no habría tiempo para cerrar el hueco y llegar con fuerzas y posibilidades de luchar por los 3 y 2 segundos que otorgaba la meta volante.

"Ganar acá se festeja el doble"

Gerardo Tivani - Ganador de la etapa Municipalidad de Pocito

Después ocurrió la circunstancia inesperada que marcó el destino de la carrera, porque con Rosas se quedó todo su equipo, menos Román Mastrángelo que siguió defendiendo su chance en soledad.

Confirmado el abandono de quien era su líder deportivo, el resto de los ciclistas del SAT, que habían quedado a 9 minutos de diferencia del grupo de punta, decidió retirarse. Entendían, con buen criterio, que continuar era un sacrificio estéril.

Aún quedaba mucho camino por recorrer, atravesar Ullum, Zonda, Rivadavia, Rawson, para ingresar y culminar en Pocito, pero la suerte estaba echada. Bien cobijado por sus compañeros, Ricardo Escuela se dedicó a rodar en el pelotón, exigiéndose sólo cuando alguna fuga ponía en peligro su liderazgo, como ocurrió en la "bajada" por Av. Ignacio de la Roza, desde La Bebida.

Allí entre la gente del SEP y de Pocito, armaron una escaramuza que dejó 18 hombres de cabeza, de los 45 que integraban el pelotón de punta, y entre ellos quedaba Escuela solamente acompañado por quien fue su más celoso gregario y segunda opción de victoria si algo le ocurría al barrealino, Omar Richeze.

Lo que quedaba de carrera fue una imagen repetida. Hubo un par de ataques de un par de hombres, como ocurrió con Gastón Javier (SEP) y Luan Da Matta (Italo Mat-Dogo) con el pelotón otorgándoles medio minuto de ventaja. El sólido presente del equipo que dirige Daniel "Pitufo" Castro, que entronizó a Ricardo Escuela como ganador del Giro del Sol.

EL HOMBRE DEL DÍA


-¿Qué sabor tiene ganar en tu casa?

-Es realmente una sensación inmensa. Saber que uno le da una alegría a su gente no tiene precio. Ganar acá se festeja el doble.

-¿Fue complicado el desarrollo de la prueba?

-Sí, siempre se anduvo muy rápido y fue difícil porque el equipo de Ricardo (Escuela) está muy fuerte y no permitió que los sorprendiéramos.

Lo intentamos siempre. Atacamos y buscamos, pero no se dio. De todas maneras habernos metidos en el podio con dos de nuestros ciclistas creo que es importante.

-¿Sirvió como un aperitivo de la Vuelta?

-Yo creo que sí, porque todos los equipos vamos encontrando nuestro mejor nivel. ¡Bah! No se cuál será el análisis del resto, pero entiendo que a nosotros nos vino muy bien porque nos demostró que estamos en el camino correcto. Fuimos competitivos y eso nos motiva para hacer una buena Vuelta de San Juan.