Cuando no era Messi era Higuain. Cuando no era Sabella era Martino. Siempre que en el último tiempo en la AFA hubo desórdenes, en el césped había orden y resultados (sí, a pesar de ser segundo en Copa América -2- y Copa del Mundo). Esta vez no hubo un Mesías, esta vez fueron todos mortales, afuera y dentro de la cancha.
¿Se tocó fondo? En el fútbol argentino –diría que en el país- nunca se sabe si se toca fondo, siempre hemos experimentado esa maldita sensación de poder caer más debajo de lo que creíamos.
Los responsables, claramente, estuvieron fuera de la cancha. Ojo, no por el Vasco Olarticoechea, que tiene una minúscula cuota de responsabilidad en esta cuestión. Los dirigentes, desde Armando Pérez hasta el último del escalafón, fueron los que alimentaron este fracaso.
Además de los desaguisados para conseguir el DT de la mayor, o saber si será campeonato o Superliga, no supieron –ni se interesaron- por negociar con los clubes para que les cedieran los jugadores para hacer frente a este Juego Olímpico.
Cualquiera, el que quiso, se le plantó y le dijo ‘no te lo cedo’. Algunos jugadores tampoco se molestaron por insistir. Así las cosas, el papelón de quedar eliminados en primera ronda de Río es, ni más ni menos, que una consecuencia lógica de tanto parche puesto en este agujero negro que es la AFA.

