La presencia de gran cantidad de periodistas y reporteros gráficos a las puertas de la casona que alquila en Pretoria disparó el primer enojo de Diego Maradona con la prensa desde que se instaló en Sudáfrica, hace más de tres semanas. "Se acabó muchachos, ¿qué es esto?", lanzó enojado Maradona cuando llegó en una combi blanca junto a su colaborador Héctor Enrique desde la concentración hasta el complejo de la calle Nicholson, donde tiene alquilada su casa.

"No me gusta que estén en la puerta de mi casa", dijo tres veces Maradona a la enorme cantidad de periodistas que aguardaba su llegada, al igual que el arribo de Lionel Messi en el día de su cumpleaños 23.

Maradona, quien en la anterior jornada libre no tuvo reparos en que la prensa hiciera vigilia frente a las rejas del portón del complejo, esta vez se mostró irritado con los periodistas.

Si bien una parte de los cronistas se fueron una vez que le sacaron las fotos a su llegada, otros permanecieron inmutables junto a las veredas de pasto bien cortado y casas con jardines tupidos que hay sobre la calle Nicholson. Fue el primer gesto de irritación que tuvo el entrenador ante la prensa desde que llegó a Pretoria el 29 de mayo, ya que hasta ahora había tenido un trato gentil y respetuoso.

En la casona, de estilo inglés como las seis que se pueden ver en ese complejo, reside Verónica Ojeda, novia de Maradona, con quien comparte los días libres que tiene la delegación.

Maradona suele retirarse un rato antes de las 7 para estar con sus hijas Dalma y Gianinna, que tienen alquilada una casa en otro lugar de la ciudad.


AGUIRRE

Diego Maradona transita un tiempo de victorias y libre de cuestionamientos, que al parecer quedaron enterrados con las Eliminatorias, y su situación es mucho más agradable y liviana que la de su colega mexicano Javier Aguirre, duramente cuestionado por la prensa azteca y los hinchas, más allá de haber clasificado a octavos y seguir en carrera en este Mundial.

Mientras a Maradona se lo reivindica por jugar al ataque y mantener una idea de juego de toques y sin revoleos, a Aguirre se lo trata de terco y necio, y también ciertos periodistas piden encerrarlo en una isla junto a Raymond Domenech, el técnico que del subcampeonato enterró a Francia en la eliminación prematura.