Hace 6 meses a los Otarola la vida les cambió por completo cuando recibieron el llamado de Boca, que les informaba que Marquitos, de 11 años, había sido el único sanjuanino elegido del selectivo que se había hecho meses atrás en cancha de Trinidad cuando vino Madurga. La alegría y oportunidad que se abrió fue tal, que su padre Marcos, aquel central que hacía pesar la marca y que actualmente estaba dirigiendo las inferiores del Verdinegro, dejó su trabajo y se fue a vivir con su hijo a Buenos Aires, dado que por ser tan chico todavía no puede quedarse solo. Marquitos hizo inferiores en San Martín, pero hace dos años que jugaba en clubes de barrio desempeñándose como delantero. “Aunque cuando llegó lo pusieron de volante por izquierda”, contó orgulloso su padre, quien debe permanecer junto a su hijo por lo menos dos años más cuando tenga edad de 9na. división.

Este zurdo demuestra con la pelota sus condiciones y desde que está en el equipo xeneize siempre fue titular, incluso contó que lleva anotados 13 goles: 9 por la Liga y 4 en un torneo desarrollado en Sunchales, en el que cayeron en semi ante River por penales. Marquitos dijo estar “contento y me gusta, además soy hincha de Boca y ya me había imaginaba con alguna vez jugar en Boca”.

Los Otarola hoy viven en un departamento al lado de la cancha de Vélez y su idea, según contaron, es quedarse por mucho tiempo. Incluso Marcos está trabajando como chofer de una empresa de monitoreo, que le consiguió su amigo y ex compañero en el Verdinegro, el arquero Roberto “Beto” Sanagua.

“Éste (por su hijo) es muy diferente a mí, este hace goles y es habilidoso”, confesó entre risas el ex defensor, quien contó que en Boca los chicos “trabajan como profesionales, si hasta te dan el plan alimentario. Incluso si en la escuela andás mal, te dejan entrenar, pero no jugar”. Estos 6 meses fueron de adaptación para Marquitos, quien tuvo que cambiar de escuela (pasó a 5to.) y con ello todo su entorno.

“Lo que más extraño es mi familia y amigos”, deslizó el pibe, quien hasta febrero se quedará en la provincia para luego volver a Boca, el club de sus amores.