La camiseta obliga. La mística de Unión no se termina por más deudas, atrasos y problemas. La mística obliga y Unión responde desde la cancha. Dejando todo, a pesar de todo. Sin entregarse jamas y sabiendo que lo que no te mata, te fortalece. Eso como motor y una ostensible reacción futbolística en el segundo tiempo especialmente, le terminaron dando la mínima pero merecida y vital ventaja ante Sol de América de Formosa en el partido de ida de la Tercera Fase de este Federal A. El único gol del partido llegó de penal y faltando apenas 7 minutos para el cierre a través de la ejecución de Alfredo Molina, que sirvió para abrir el camino de la esperanza y la ilusión para este miércoles jugarse el pase a la Cuarta Fase en Formosa donde con sólo empatar, clasificará.
El primer tiempo no fue bueno en Unión. Sin la pelota, con muchos problemas para generar juego, el Azul fue presa fácil para el orden que le propuso Sol de América. No pudo generarle nada de peligro a los formoseños y la actuación de Pablo Lucero fue clave para salvar un mano a mano con Alvarenga que pudo haber terminado en gol. Para colmo, perdió por lesión a uno de sus baluartes como Pablo Rudisi quien se desgarró y quedó ya descartado para la revancha en Formosa. En el complemento, la mano de Antuña se hizo ver porque Unión se adelantó más en campo contrario, se adueñó de la pelota y con el ingreso del Luto Molina encontró juego como para superar el orden formoseño. Fue el mejor momento de Unión entre los 15’ y los 35’ del complemento pero no acertó en la definición con el Bibi González que se comió dos goles casi hechos. Pero a los 37’ la armaron entre Molina y Muñoz, vino el penal y el Luto no perdonó. Era justicia. Unión, por esa reacción en el complemento y por esa eterna mística que contagia su camiseta, dejó clarito que no se entrega nunca. Que siempre puede dar pelea y que con eso, muchas veces le alcanza.

