El futuro de Bonetto es incierto y esa es una realidad que vive Sportivo Desamparados y tal como están dadas las cosas, desde la dirigencia ya se han planteado en la mesa de discusiones qué perfil y a qué libreto futbolístico tendrían que apuntar en el caso de un cambio de timón en la conducción técnica del equipo que hoy está en Promoción. Los primeros nombres que salieron a la luz como hipótesis de una futura elección son los de Darío Tempesta y de Ricardo Dillon. Dos ex entrenadores de Sportivo que hicieron muy buenas campañas aferrados a una forma singular de interpretar el fútbol. Uno mucho más precavido en posiciones defensivas y otro, más audaz apostando al ataque y a la presión ante todo.

La pregunta que se hacen en la dirigencia de Desamparados es cuál tendría que ser la elección para afrontar el año que se le viene. Con lo que juega este Desamparados de Bonetto, la primera lectura que se puede hacer es que este equipo está armado y concebido para jugar más que defenderse. Planteó los partidos en todas las canchas de misma manera, sin colgarse del travesaño y tratando de buscar siempre su destino en el área rival. Tuvo pasajes de buen juego en el medio pero lo condicionaron sus debilidades en las dos áreas: atrás, dio ventajas increíbles y adelante, no concretó todo lo que generó. Ese perfil es más ofensivo que ninguno y como solamente puede hacer una incorporación, mucho no podría hacerse para cambiar el perfil para llevarlo a ser más conservador. Es decir que este plantel nunca jugaría a defenderse, pero como Tempesta concibió esta defensa y la hizo rendir en la primera parte de la temporada 2010-11 del Argentino A, ese es un punto a su favor. El estilo de Dillon se acerca mucho más a lo que hoy es este Desamparados. El Flaco pregonó siempre la presión y el ataque en cualquier cancha y más allá de que le haya ido bien o mal, nunca renunció a ese estilo. Ese sería un punto a su favor aunque todo es futurismo. Desamparados necesita sumar mucho en lo que viene en el 2012 sea cual sea el técnico que lo dirija pero su perfil como equipo nunca le permitirá jugar a colgarse del travesaño.