El acto de apertura en el Mundialito organizado por Bancaria fue contundente. Más de 2.000 personas, entre jugadores y familiares, disfrutaron de una noche fantástica que mostró cientos de sonrisas en las caritas de los protagonistas.

Las luces de colores junto a la música del último Mundial dieron inicio a la gran fiesta. Dos payasos sobre zancos agitaban las insignias de Argentina y Chile en el momento que ingresó otro payaso vestido con los colores del club organizador.

Posteriormente, la coreografía de dos grupos de baile se llevó la ovación de las dos plateas y de la popular, ambas repletas. No era para menos porque la ilusión que genera el torneo es uno de los recuerdos más preciados que se llevan los chicos que participan.

De a uno por vez, y luego de que la banda de música de la policía diera un espectáculo, comenzaron a ingresar los equipos desde el pasillo de la platea Oeste. Divididos en la zona Norte y Sur se ubicaron de forma enfrentada, siendo el arquero quien llevaba la bandera con el nombre del equipo. Ansiosos, contentos y atentos los chicos vieron cómo el club Barrio Rivadavia devolvía la imponente Copa Challenger “Francisco Montes” al presidente de Bancaria, Guillermo Correa. El dirigente, luego de escuchar los himnos de los países hermanos, dio su discurso de bienvenida: “Es hermoso ver la cantidad de chicos. Esto será un recuerdo para toda su vida”. Sergio Uñac, vicegobernador, también dirigió una palabras para el público: “Éste es el mejor camino que le podemos dar a los chicos”. Sobre el final los niños se retiraron de la cancha con las mismas sonrisas del comienzo.