Terminó con todo, jugandose en los cruces intentando noquear a su rival. Tenía la pelea ganada claramente por puntos, pero intentó regalarle a los sanjuaninos una victoria contundente. No pudo, pero lo intentó. Por eso en la madrugada de hoy, Ezequiel Fernández, dejó el ring del Aldo Cantoni vitoreado por sus comprovincianos, quienes reconocieron su entrega y disfrutaron de su boxeo pulcro y bien dotado técnicamente. Fue el punto culmine de una velada organizada por el reconocido promotor Mario Arano y que contó con una buena presencia de espectadores (se vendieron 2 mil entradas según los organizadores) y cuyos dos combates estelares fueron transmitidos al país por la TV Pública.

Dentro de un primer round de estudio, Fernández le marcó la distancia a Sebastián Aguirre con su izquierda en punta y cruzando un par de derechazos, uno de ellos que cayó como una granada en la cabeza de Aguirre marcó la diferencia, en ese comienzo de la contienda.

El sanjuanino empezó a calentar motores en la segunda vuelta, lanzando combinaciones de dos y tres manos. Ya en el tercer asalto, que también se adjudicó, los anticipos con el 1-2 fueron los que afirmaron el predominio del campeón argentino.

El control de la distancia variando la traslación y los anticipos certeros le permitieron a Fernández marcar supremacía en el cuarto capitulo, donde se lo mandó del rincón a ‘llevarselo‘ por delante al contrincante mendocino.

Un concierto de manos izquierda sorprendieron a Aguirre quien con valentía intentó achicar la distancia. Un par de cruzados de derecha que llegaron plenos levantaron al público en el Cantoni, que hasta ese momento poco se habían expresado durante el pleito. En el sexto, Ezequiel le regaló el centro del cuadrilátero a su adversario para recibirlo con precisas contras. Reguló energías evitando entrar en la fricción que proponía el mendocino.

Un cross zurdo conectado sobre el final del séptimo asalto le sirvió a Fernández para quedarse con la vuelta y ampliar las diferencias en las tarjetas.

La velocidad de lanzamientos y la mayor eficacia en las descargas, le alcanzaron para ganar la octava vuelta, donde con un par de cross de mano izquierda hizo ‘zapatear‘ al retador.

Algo cansado, pero disimulando muy bien, Ezequiel Fernández impactó en dos ocasiones con manos netas sobre la cabeza de Aguirre, quien se frenó en su avance,

El asalto final fue un derroche de entrega por parte de ambos. Del campeón, que se prendió en varios cruces y salió favorecido y del challenger que se ganó bien ganada su bolsa. Perdió todos los rounds, pero no se resignó nunca a su suerte. Y, la hidalguía de Aguirre, sirvió para sacar lo mejor de un Fernández, que a medida que pasan las peleas progresa en agregar cosas a su estilo.