La interna de la barra brava de River sumó un nuevo capítulo ayer por la tarde, cuando un grupo perteneciente a la facción disidente atacó a palazos y puñaladas a algunos de los cabecillas del sector oficial en la confitería del club, en una disputa por el reparto de entradas para el partido de mañana ante Boca, por la Copa Sudamericana.
El enfrentamiento se produjo alrededor de las 17, cuando un grupo de alrededor de 120 personas encapuchadas y munidas de armas de fuego, armas blancas, manoplas y palos irrumpió en las instalaciones de la institución a través del estacionamiento y llegó hasta la confitería, donde diez cabecillas de los Borrachos del Tablón se encontraban reunidos, diagramando la distribución de localidades para el Superclásico.
La refriega comenzó allí, generó pánico entre los socios que se encontraban tomando algo en el lugar e incluyó golpes, cuchilladas y sillazos. Luego se trasladó al anillo del Monumental, donde, según testigos, quedaron charcos de sangre de los tres heridos en la batalla: Héctor “Caverna” Godoy, número dos de la facción oficial, Gustavo “Uruguayo” Larraín y Gustavo “Tachero” Luzzi. Dos de ellos fueron trasladados al Hospital Pirovano.
También fueron atacadas personas que se encontraban en la confitería, que sufrió la rotura de sus vidrios y cerró sus puertas tras la batahola. Entre ellas la madre de Joaquín Serrago, un futbolista de las divisiones inferiores del club, según confirmó el juvenil a través de su cuenta de Twitter. Además hubo autos rotos en el estacionamiento.
Poco después de los incidentes, efectivos de la Policía Federal llegaron hasta el estadio para realizar las pericias correspondientes y vallaron la zona donde se produjo el enfrentamiento.

