Hubo clima de fiesta anoche en la cancha de Unión, a pesar de pequeños incidentes que fueron sucediendo antes, durante y después del partido, que podrían haber empañado un clásico que estuvo en riesgo de no jugarse con ambas parcialidades.
Los 104 efectivos policiales hicieron un buen trabajo tanto adentro como afuera de la cancha para que todo finalizara en orden y sin problemas.
Cuando entró el plantel de Unión al campo de juego, fue recibido con la infinidad de papelitos, como de costumbre. Pero también para esta ocasión especial, desde las tribunas tiraban globos celestes.
Lo malo fue cuando entró el grupo de Trinidad a la cancha, comenzaron a arrojar desde la tribuna Sur petardos. Uno de ellos impactó muy cerca del defensor Andrés Villafañe quién quedó sentido por unos minutos, pero todo siguió con normalidad ya que el jugador León no tenía ningún tipo de lesión.
La cortesía se devolvió a los 13 minutos del primer tramo cuando un proyectil, proveniente desde la tribuna Norte, impactó en la cabeza del arquero Azul Carlos Biasotti. El encuentro estuvo suspendido por tres minutos porque el cuidapalos quedó tendido en el suelo, pero pudo reanudarse.
En tanto afuera de la cancha, las piedras y las balas de goma se hicieron presentes. Minutos antes de iniciar el encuentro, esta escena de las piedras ya eran protagonistas debido que en calle Lemos, un grupo de hinchas de Unión comenzó a apedrear a un grupo de seguidores de Trinidad.
Y luego del cierre del partido, desde la policía informaron que hubo enfrentamientos entre uniformados, que dispararon balas de goma, e hinchas de Unión, que arrojaron más proyectiles. A causa de esto resultaron algunos policías con heridas leves.