Florencia con la indumentaria de su nuevo club

El 11 de julio pasado, Florencia Mercau pudo cumplir el sueño de su vida. A sus 25 años y con una interesante trayectoria, firmó su contrato con Independiente de Avellaneda para convertirse en la primera futbolista profesional sanjuanina.

El vínculo con el Rojo, club donde llegó hace dos meses y cobraba tan solo viáticos de unos $4 mil, será por un año mientras defiende con toda su jerarquía el arco de uno de los equipos más grandes del país.

“Estoy muy contenta, muy feliz por haber logrado lo que siempre soñé”, dijo Florencia en diálogo con DIARIO DE CUYO, antes de afrontar una nueva práctica de 4 horas con sus compañeras en el predio que Independiente posee en Villa Domínico.

Pero para llegar a ser una arquera profesional, la joven sanjuanina tuvo que luchar y sacrificarse por completo. Arrancó divirtiéndose con una pelota en las calles de su barrio de Marquesado y luego jugó en un equipo de aquella localidad de Rivadavia. Años después y desempeñándose como delantera, defendió los colores de la selección sanjuanina en torneos Binacionales, hasta que un certamen de San Luis cambió el rumbo de su vida.

Posando con el Monumental de fondo

Allí, en la vecina provincia, un entrenador de River quedó deslumbrado con las cualidades de la chica sanjuanina y no dudó en llevársela al Millonario. Florencia tampoco pensó demasiado, ya que es hincha del club de Nuñez y sabía que era una gran oportunidad para seguir buscando hacer realidad su sueño.

Dejó todo. Familia, amigos y todos sus afectos en San Juan, para partir a Buenos Aires y calzarse la camiseta del club de sus amores. Allí, cobrando un viático de unos 2 mil pesos, se mantuvo gracias a la ayuda de una expareja y también de sus seres queridos, que con todo el sacrificio del mundo le mandaban dinero.

Defendiendo los colores de Racing

Tras un año y medio, emigró a Racing. Jugar en la Academia le generaba cierta comodidad debido a que vive en Avellaneda y por eso estuvo dos años, aunque también cobrando un mínimo equivalente a viáticos. Luego regresó a San Juan, donde la llamaron de la selección local para disputar un certamen en Mendoza. También jugó para Palermo, pero volvió a Buenos Aires convencida de que el objetivo estaba cerca.

Junto a sus compañeras de la selección sanjuanina

Arribó a Independiente y, tras mostrar un buen desempeño en un par de meses, llegó la hora de estampar su firma por primera vez en un contrato profesional y hacer historia para el fútbol sanjuanino.

“Mi sueño siempre fue llegar a River y lo logré, pero ahora me pasó lo mejor: ser profesional. Sin embargo, hasta que cobre mi primer sueldo, voy a seguir viviendo en la casa de una amiga”, cerró Florencia, una admiradora de Marcelo Barovero, que además se propuso terminar la secundaria en el club de Avellaneda.