Del británico Chris Froome se decía que no era un buen bajador, pero en el descenso del Peyersourde, en la segunda etapa alpina, se quitó ese ’mote’ para ganar la etapa, colocarse la malla amarilla y dar un golpe de autoridad a sus rivales. Como en sus dos anteriores triunfos en el Tour, en 2013 y el año pasado, el británico golpeó en Los Pirineos, sorprendiendo a sus rivales. Todo el mundo esperaba un ataque de Froome en ese macizo, pero sorprendió con su acelerada en el descenso, donde nadie le esperaba. Se lanzó sin pensarlo en las rampas que llevaban hasta Bagnères-de-Bigorre, sentado sobre el sillín y pedaleando, de manera muy particular, por lo que consiguió sacarle buena diferencia 23 segundos a su más enconado adversario, el colombiano Nairo Quintana, quien se mostró fuerte subiendo, pero no bajando. Los dos argentinos que largaron la prueba siguen en carrera, cada uno con distintos objetivos. El chubutense Eduardo Sepúlveda (Fortuneo Vital Concept), quien tiene como meta llegar a París entre los mejores 20 de la clasificación, culminó la etapa en la posición 32 y se ubica 28 en la General. Mientras que Maximiliano Richeze, que hace su aporte en las etapas llanas, finalizó 159 a 39m24s de Froome y en la general marcha en la posición 143 a 1h17m32s. Hoy se disputará la novena etapa: Vielha – Andorra- Arcalis, 184,5 kilómetros. El ascenso a Arcalis, de categoría especial, única llegada en alto de los Pirineos en este Tour de Francia, aparece como la etapa reina de ese macizo.
Froome los golpeó bajando
El campeón del año pasado ganó en Los Pirineos y es el nuevo líder de la presenta edición de la ronda gala.

