Demasiada fricción para ser un partido amistoso. La imagen final de Javier Mascherano con la boca ensangrentada por un corte, aunque sin consecuencias mayores, en un primer momento, fue el resumen de un partido en el que los jugadores del seleccionado de Estados Unidos demostraron toda sus aspereza ante el toque de los argentinos.

Mascherano, un duro del mediocampo, recibió más de una patada de Donovan, pero hubo un susto mayor en el primer tiempo, cuando la "joya" Lionel Messi, chocó ante un rival y tardó más de la cuenta en reincorporarse, que se tradujo en intranquilidad en el banco argentino. La estrategia principal para frenar a Messi fue directamente la infracción.

En el segundo tiempo, hubo "revancha" argentina, cuando Biglia fue más que duro con Dempsey y se originó un tumulto donde Lavezzi tenía más ganas de seguir con el enfrentamiento, que el de aquietar las aguas. Cuando se restableció el partido, fue el único momento en que cantó el clásico "USA" los espectadores del partido, arengando al seleccionado local. En el final, Bocanegra le dio un patadón a Di María que podría haber armado otro revuelo.

"Fue muy áspero", resumió Mascherano, quien luego prefirió analizar el nivel de su equipo: "Creo que el empate fue injusto porque nosotros tuvimos muchas chances para ganar el partido. Tuvimos un buen funcionamiento y merecimos haber ganado", sostuvo el volante del Barcelona español.

Otro que quedó más que conforme con el rendimiento, fue el autor del gol argentino, Esteban Cambiasso: "Un resultado más o menos no nos va a hacer cambiar la búsqueda de esta idea. Estamos convencidos de lo que queremos y un empate no nos desvía".

"Cuando hacés un esfuerzo como el que hicimos en el primer tiempo se siente, por eso no pudimos sostener el ritmo. Estamos en proceso de formación y seguiremos detrás de esta idea de juego. Estados Unidos fue un rival respetable, como todos, pero creo que mostramos buenas cosas y merecimos ganar", concluyó.