Era el día de la esperanza y terminó siendo el domingo de la decepción. Sportivo Desamparados empezó a vivir el principio del fin de su historia en la B Nacional, porque si bien los números aún lo asisten como para aferrarse a no perder la categoría directamente, su realidad futbolística conspira contra esa lucecita de esperanza. Ya hace rato que no gana en San Juan pero lo peor es que ahora pierde, y feo. Esta vez el cachetazo se lo dio Ferro Carril Oeste que con una receta simple pero efectiva, le ganó por 2-0 en el Bicentenario y lo dejó tambaleando desde todo punto de vista. Casi nocaut en descenso directo.
La ilusión de Sportivo duró apenas 25 minutos de partido. Ahí si, sabiendo lo que se jugaba y buscando salir del descenso directo, Desamparados arrinconó a Ferro. Pero claro, no sólo es querer, también se trata de poder lograrlo. Porque todo el muy buen andar del comienzo no se tradujo en goles. Primero fue Drocco el que exigió a De Giorgi y luego, a los 10’, Walter Cuevas fue quien le quemó las manos al arquero de Ferro. Esas dos ocasiones desperdiciadas tendrían su costo a la larga porque Ferro se acomodó, le emparejó la pelea en el medio y ya Sportivo no tuvo la pimienta de los primeros minutos. Dejó pasar su chance y luego lo lamentaría.
En el complemento, la apuesta anímica y futbolística duró muy poco en Desamparados. Intentaron presionar y casi repitiendo la película del comienzo del partido, generó una chance neta de gol que no aprovechó. Fue a los 10’ cuando Cuevas apareció solo en el área y metió el pelotazo que se estrelló en el palo derecho del arco de De Giorgi. Esa sería la última llegada clara de Sportivo. Y claro, como le pasó ya en el Bicentenario, en el primer golpe directo que le metieron, Sportivo quedó nocaut. A los 20’ Drocco salió mal, lo apuró Miranda y la pelota le quedó a Zaninovich que clavó la pelota en el ángulo de Aguiar. Un sacudón del que Desamparados no podría recuperarse más. Es que los cambios que metió Arzubialde no le entregaron respuestas y Sportivo fue un himno a la impotencia. Terminó con cuatro delanteros pero sin chances de gol. Para colmo, sobre los 40’ con todo Desamparados adelantado en la cancha, Pereira Díaz encaró a Martín Bidal en velocidad, lo aguantó, lo superó y entrando al área definió al segundo palo para liquidar no solamente el partido. Tal vez, también liquidó sin saber las esperanzas de un Desamparados que ya vive el principio del fin.
Ferro se llevó todo. Desamparados, casi resignado, vio pasar de largo una de las últimas chances de seguir siendo dueño de su destino. Ahora, zafar del descenso, tendrá olor a milagro en Puyuta.

