Lucas Landa usa la camiseta número 13 en San Martín. Pero su presente va a contramano de lo que significa ese número en los sueños de la quiniela: la yeta. El zaguero de San Martín, que arribó al club a principio de año, es el goleador impensado del Verdinegro en el Apertura con un par de tantos. Y el Chino, apodo que se ganó por sus ojos más horizontales de lo habitual, en ambas ocasiones los generó mediante sendos cabezazos, todos en el arco de la cabecera Sur del Hilario Sánchez. Precisamente el juego aéreo es uno de los puntos salientes de Landa, quien contó que es algo que perfecciona desde que largó su carrera como profesional hace cinco años en Gimnasia de La Plata.
‘El cabezazo es uno de mis fuertes, siempre lo practico. Si bien no tengo tanta altura para ser un central (mide 1,81 mts.), igual es algo en que me destaco. Desde que largué mi carrera siempre traté de mejorarlo poco a poco y lo he ido consiguiendo’’, relató el zurdo de 25 años quien agregó a modo de receta que ‘es clave tener un buen timing entre el salto y el impacto al balón para hacerlo lo más alto posible. En el juego de Primera es algo muy importante porque tenés que marcar a defensores de mucho tamaño y no se puede dar ventajas’’. El nacido en Chañar Ladeado, Santa Fe, disputó los nueve encuentros de San Martín como titular en este Apertura y resultó uno de los puntos salientes de la última línea sanjuanina. Una actualidad bien opuesta a la que tuvo tras su arribo al club, cuando pese a ser pedido como refuerzo por Darío Franco quedó relegado al banco de suplentes. ‘Me costó ganarme un lugar en el equipo y recién ahora lo hice. Pero por experiencia propia digo que uno no se puede quedar con lo que tiene, sino mejorarlo’’, destacó.
Los dos gritos en el Verdinegro lo llevaron a Landa a la cifra de ocho en total en Primera. Y nunca tuvo la ‘particularidad’ de ser goleador en su equipo a la novena fecha del certamen, tal cual le ocurre ahora: ‘Es algo impensado por la posición que tengo en la cancha, pero bienvenido sea. Obviamente que las cargadas de los compañeros son moneda corriente, pero es algo que uno se toma con mucho humor y felicidad’’, reflexionó. Un dato: Landa junto con Gabriel Mercado, de Estudiantes, quien también acumula un par de gritos, son los únicos defensores que resultan los goleadores de sus equipos en el Apertura.

